miércoles, 4 de febrero de 2009

Wen en Davos (30 de Enero de 2009)

Como cada año, y desde 1971, esta semana el Foro Económico Mundial tiene su cita en la pequeña localidad suiza de Davos, donde se encuentran reunidos, entre otros, líderes políticos y económicos.

Esta reunión, que ya está siendo llamada la capital mundial de la crisis, ha tenido este año un inusual asistente. Y es que por primera vez en 39 años, un Primer Ministro Chino ha estado presente en el Forum.

Wen Jiabao ha hecho historia con su aparición, y no solo por su presencia si no por sus duras, aunque alentadoras palabras.

El Primer Ministro ha apuntado al “insostenible modelo de desarrollo caracterizado por una época prolongada de bajos ahorros y elevado consumo” como principal razón de la gran crisis financiera que se está notando en todo el planeta, en una clara referencia a los errores cometidos por EE.UU.

Como solución a la preocupante situación que se está viviendo, además de 10 propuestas y 16 planes científicos, Wen Jiabao ha asegurado que la única manera de sobreponerse a la crisis es con una “cercana cooperación y la ayuda mutua” entre países.

Dejando bastante clara su opinión sobre el papel de China en la crisis. Ha venido a decir que la culpa ha sido de los países capitalistas occidentales, aunque a China también se esté viendo afectada. “Para ser francos la actual crisis está infligiendo un gran impacto a la economía China, pero China ha actuado con responsabilidad”

Y es que hay expertos que ven en sus duras palabras una respuesta a las insinuaciones hace unos días por parte del nuevo secretario del tesoro Geithner, de que este país asiático debería revaluar su moneda.

China lo va a tener complicado para mantener el 8% de crecimiento anual previsto para el año que viene, y que se supone que ese es el mínimo que deben crecer para que su economía no se considere en recesión.

Pero desde luego lo que no van a hacer es, en momentos tan duros como estos en los que las exportaciones han caído abruptamente, conllevando el cierre de miles de fábricas y millones de despidos, lo que no van a hacer digo, es revaluar su moneda para ponérselo más fácil a los exportadores Estadounidenses y que así sean ellos los que se beneficien del cambio de divisa y puedan introducirse en un mercado Chino con 1.3 millones de potenciales cobradores.

Wen, en lenguaje diplomático, ha venido a decir “Buen intento, pero va a ser que no”.

Ahora, y después de haber sido la fábrica central de todo el mundo durante años, a China le toca mirar por su propio mercado doméstico. Y a esto va encaminado el plan de estímulo económico, que con 4.000 millones de yuanes pretende llevar a cabo proyectos de construcción de viviendas, desarrollo rural, ferrocarriles e infraestructuras, protección medioambiental, y recuperarse de los devastadores terremotos del año pasado.

Una cosa es cooperar para que el mundo global mejore y otra cosa es que los chinos se lo pongan difícil a ellos mismos para allanarles el camino a los primeros culpables de los detonantes de la crisis.

Y es que no se le pueden contar cuentos a un chino.

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