martes, 17 de febrero de 2009

Esa ha sido básicamente la respuesta de china a las recomendaciones de los otros países miembros de la ONU.

Con motivo de su primera participación en un (Examen Periódico Universal) EPU, del que ya hablamos el otro día, tras la presentación del propio país de su situación, le ha tocado el turno a otros países miembros del consejo de derechos humanos elaborar recomendaciones para Pekín.

La semana pasada, tras su presentación, ya se vislumbró que China no estaba dispuesta a atender a lo que otros tengan que decir al respecto de, lo que ellos consideran, asuntos internos. Y hoy se ha reafirmado en su posición rechazando la mayoría de las recomendaciones.

Ha asegurado que no planea abolir la pena de muerte, ni ser más transparente en las cifras resultantes de esta pena. Tampoco entra en sus planes extender una invitación permanente a los expertos en derechos humanos de la ONU, ni eliminar la reeducación por el trabajo para condenados, ni revisar su actitud ante grupos religiosos ajenos a las iglesias reconocidas oficialmente. En definitiva: NO.

Lo que más me preocupa es que China sigue dando estos aparentes pasos al frente alimentando nuestras esperanzas de que el país asiático está efectivamente desarrollándose no solo económicamente pero también en sus aspectos sociales, pero luego, para mayor desilusión, todos esos falsos amagos quedan en agua de borrajas y volvemos al punto de partida.

Es siempre un sí pero no. Que parezca que hacemos pero en definitivamente no hacemos nada. Supongo que su razonamiento será, “mientras parezca que estamos participando y tomando medidas, podemos seguir avanzando en lo que verdaderamente nos interesa”.

En esta ocasión parecía que el hecho de que sometiera a examen su situación sobre los derechos humanos era una señal de cooperación global dando a entender que Pekín quiere participar de las mismas reglas que los demás, dada su pretensión de adquirir una posición de mayor responsabilidad en la toma de decisiones de múltiples organismos internacionales. Pero su rotunda, y rápida, excesivamente rápida, negativa ha desilusionado a muchos.

En su defensa hay que decir que China si ha accedido a revisar la posibilidad de "reducir el alcance de la pena de muerte y su aplicación en particular para crímenes no violentos". Pero, de nuevo, “revisar la posibilidad” no son palabras muy alentadoras.

En cualquier caso, menos es nada, y creo que el mundo ya ha aprendido que no se puede forzar a China a hacer las cosas al estilo occidental, así que debido a la posición de poder que ostenta el país asiático en este momento, habrá que esperar a que hagan las cosas a su manera. Y sobretodo esperar que la próxima vez sean más receptivos a las sugerencias.

No hay comentarios: