lunes, 9 de febrero de 2009

Aniversarios y Previsiones

Se acerca una de las fechas delicadas de este año en territorio chino, y parece que el gobierno se ha puesto a trabajar con antelación y previsión para dejar claro quien manda aquí.

EL próximo Marzo, en un mes a partir de mañana, se celebrará el 50 aniversario del exilio del Dalai Lama a la India tras el fallido intento de levantamiento antichino el 10 de Marzo de 1959.

Además, pocos días después, el día 14 del mismo mes, hará exactamente 1 año de las violentas protestas que comenzaron en Lahsa, y se extendieron a las provincias vecinas. Las revueltas de 2008 se saldaron con 200 muertos y más de 1000 desaparecidos, tras la represiva respuesta del Gobierno chino que en aquel momento selló literalmente el Tibet para mantener la imagen de armonía que pretendía proyectar con vistas a los JJ.OO.

El Partido Comunista, que tomó el poder del Tibet en 1951, está bastante preocupado con lo que una fecha tan señalada pueda suponer, en cuanto a protestas y posibles rebeliones sociales, en las zonas de mayoría étnica tibetana, y ha decidido dejar clara su posición y su poder en el terreno.

Cómo decía, con más de un mes de antelación, las autoridades están ya patrullando las zonas que se creen conflictivas, como Xiahe, un monasterio en la provincia de Gansu, que protagonizó una de las mayores protestas de monjes en las revueltas del año pasado.

El gobierno ha decidido no dejar nada a la suerte, y la mejor manera según su entendimiento, ha sido poner en marcha una campaña de registros y patrullar las calles deteniendo a todo aquel que esté relacionado con crímenes que impliquen armas, explosivos, asesinatos, robos y prostitución. Pero, curiosamente, en el mismo saco entran aquellos con delitos tan dispares como tener opiniones reaccionarias o almacenar música subversiva en sus móviles (entendiendo por subversiva aquella que tenga cualquier relación con el Dalai Lama).

El pasado Sábado pudo verse un claro incremento de la presencia policial en las calles de Xiahe, para prevenir cualquier posible incidente durante una de las festividades de la religión tibetana que celebra la mitad del primer mes del año lunar.

En mi opinión, está claro que los intentos premeditados del gobierno van encaminados a alertar a la población de que cualquier tipo de protesta será castigada, y la presencia policial deja clara constancia de ello.

Por otro lado, los tibetanos no se sienten tan seguros como el año pasado. “El año pasado, debido a los JJ.OO, la gente confiaba en que China no sería tan dura con nosotros. Pero este año, no va a pasar mucho más por que la gente está mucho más asustada” declaraba un monje a la agencia de noticias Reuters.

Y este miedo es comprensible, si se tiene en cuenta que con todas las cámaras del mundo apuntando a China y toda la atención mediática puesta en sus actos, el gobierno fue capaz de cerrar su territorio a los periodistas, especialmente a los extranjeros, y llevar a cabo una represión policial, que de hecho, 12 meses después, aún no ha terminado.

No creo que los tibetanos se atrevan a levantarse en armas este año, por puro miedo a las represalias, que es la táctica habitual que utilizan las autoridades en este país. Pero también es cierto que con el descontento de las juventudes tibetanas por la ineficacia del camino intermedio al que apela el Dalai Lama, crece cada día más, y todos somos conscientes de que se acaba el tiempo. Las oportunidades se limitan al periodo que le queda al Dalai en el poder. Después, las posibilidades de autonomía se reducen de manera drástica.

El gobierno Chino también lo sabe, y estoy segura de que va a hacer todo lo que esté en su férrea mano para evitar que nada ocurra.

Esperemos que este año la violencia no se esparza desencadenando un conflicto que, lo digo desde ya, no va a tener una bonita solución.

No hay comentarios: