viernes, 28 de noviembre de 2008

Pídeme la luna

Y por lo que parece su novia se la pidió. Resulta que un multimillonario ruso Román Abramóvich le ha regalado a su pareja, Dasha Zhúkova, la ex modelo de 27 años, un inusual regalito: 40 hectáreas de la superficie del satélite terrestre, que además da la casualidad (aunque en el fondo no creo que sea casualidad) que están en la cara no oculta de la luna, lo que quiere decir que Dasha podrá contemplar sus terrenos cada noche y además verlos de cerca con un telescopio no muy potente, según cuenta el 20 minutos.

Y a mi el regalo me parece muy romántico, y el multimillonario muy desprendido, pero y yo me pregunto ¿Es eso legal? Pues según la pseudonoticia sí. Comprar terrenos en otros planetas es completamente legal (que no común) y se pueden administrar como cualquier otra propiedad terrestre. Es decir se puede vender, regalar o heredar.

“Una de las organizaciones más conocidas que representa los intereses de los inversores en el cosmos la compañía "Lunar International", vende parcelas en la superficie lunar que están sujetas a la legislación internacional. Según la compañía, para poder adquirir este tipo de propiedades únicamente se requiere garantizar el apoyo económico para la regulación de las actividades en ese satélite.”

Está bien aquello de fantasear con colonizar la luna y edificar en el espacio exterior. Por lo que no me extraña que a alguien se le ocurriera empezar a vender parcelas lunares, para así poder financiar los estudios científicos sobre el terreno.

Pero mi preocupación va mas allá, y es de una naturaleza más filosófica ¿No es inmoral y pretencioso agenciarnos la propiedad de algo que está mas allá de nuestro alcance real (además de dar un par de paseos por allí con un moon-rover) y empezar a vender porciones de algo que no nos pertenece?

Estoy completamente de acuerdo con financiar y promover la investigación y la curiosidad científica ya que creo que es verdaderamente lo que mueve el mundo (después del dinero claro), pero creo que la obsesión del hombre con la luna empieza a ser preocupante (además de lucrativa para algunos).

Según otra noticia, Una empresa estadounidense de servicios fúnebres espaciales planea el envío de pequeñas cápsulas con cenizas humanas a la Luna, donde instalará un cementerio que algún día podría ser visitado por familiares de los fallecidos, según directivos de la compañía.
"El primer envío a la Luna se realizaría tan pronto como 2010 y ya estamos tomando reservas. Podemos llevar hasta unas 5.000 cápsulas individuales a la superficie lunar", dijo Charles Chafer, presidente y fundador de Celestes. Cada gramo de ceniza que se quiera enviar costará unos 1000 euros.

Pero creo que lo primero es pensar que queremos verdaderamente hacer de la luna: ¿Un gran cementerio, un basurero (para cuando ya no podamos acumular más desperdicios en la tierra), una valla publicitaria gigante (como en Wall-e) o un centro residencial?

Porque bien pensado, y viendo como están las cosas, a lo mejor lo de vivir en el espacio exterior deja de ser fantasía, y pasa a ser necesidad, cuando esta Tierra nuestra esté tan desgastada y tan harta de nosotros que literalmente nos mande de una patada a la Luna.

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