miércoles, 12 de noviembre de 2008

Documentos oficiales

Que China opina que Taiwán es parte indivisible de su territorio lo tenemos todos claro, lo que no termino de entender es como, dando por hecho que forman parte de su propia nación, la china continental no reconoce los certificados de universidades de la isla.


Así cómo lo leéis, y es que hasta 2006, sólo hace dos años, China no reconocía los diplomas de educación superior expedidos en Taiwán. Es como si un mallorquín llega a Madrid con su brillante recién sacado título, y en la capital le dicen que no, que sus estudios no valen.


A día de hoy en Taiwán siguen sin reconocer los certificados chinos (algo más comprensible). Pero con el nuevo, y polémico, gobierno pro-chino se espera que a partir del año que viene el reconocimiento sea mutuo.


De hecho, en el 4º forum de educación superior a ambos lados de estrecho, que acabó ayer martes, se decidió que más de 1000 alumnos tendrán la oportunidad de ir a estudiar a numerosas universidades repartidas por el territorio isleño. Y además se ha ampliado la duración de la estancia estancia permitida para cada intercambio de 4 meses a un año completo.


Según los datos, cada año, unos 4000 estudiantes Taiwaneses viajan a la China continental por motivos de estudios, mientras que pocos son los que cruzan en la otra dirección para estudiar en Taiwán (principalmente porque ha sido una práctica prohibida durante décadas por el gobierno Taiwanés).


Pero de estos datos sale otra cosa que no entiendo: ¿por qué un Taiwanés querría venir a estudiar a la China continental si cuando vuelva a casa su diploma va a valer lo mismo que un recibo del Mercadona?


Pero bueno, si en la isla las cosas funcionan como aquí, los estudiantes no tienen de que preocuparse, porque acudiendo a una oficina que tenga guanxi adecuado (el guanxi, son los contactos) y por un módico precio, seguro que hacen que su diploma sea completamente válido.


Y es que justamente eso fue lo que me pasó a mi ayer cuando fui a cambiar y extender mi visado a la agencia que me lo tramita: llego allí con todos los papeles necesarios para el cambio y me dicen que sí lo pueden hacer, pero que al precio de la visa hay que añadirle 2000 kuais. Como os podéis imaginar con mucha sorpresa y bastante indignación, pregunto que cómo es posible esta subida repentina del precio. A lo que la señorita me contesta: - Es que ese cambio de tipo de visa está prohibido por el PSB (la oficina gubernamental que se encarga de los visados) así que es muy difícil que lo tramiten.


- ¿Entonces me estás diciendo que puedes hacer algo que es ilegal por 2000 Kuais?


Y ni corta ni perezosa, la señorita me contesta - Claro, si quieres que lo hagamos sí.


Y creedme que no estoy hablando de una habitación en la puerta trasera de un restaurante de hutong, no, estoy hablando de una oficina con vistas imponentes en un rascacielos en el centro financiero de la capital.


Pero para ponerle la guinda a la historia de cómo funcionan los visados en china, dejadme que os cuente el último episodio de mi novio y su visa: su visado había caducado hacía tres días (la falta de previsión no es importante en esta historia) así que tuvo que ir la semana pasada a la estación de policía para que le cambiaran el papel del registro de residencia.


Pues bien, le hicieron firmar un papel en el que aseguraba estar muy arrepentido de haber dejado su visa caducar y en el que prometía que no lo volvería a hacer (no se lo mandaron escribir 100 veces en un cuaderno, pero de casualidad). Le dieron un aviso de amonestación (esto va como en el instituto, al tercer aviso, te expulsan, aunque en este caso es del país y no puedes volver en dos años.) y también le proporcionaron los papeles para que fuera a la otra oficina pertinente a solicitar la renovación de su visado.


Hoy, una semana después, tenía que ir a recogerlo. Cual es la sorpresa, cuando los agentes del PSB le dicen que no tienen su nuevo visado. Que no lo han podido tramitar porque resulta que los formularios de solicitud eran antiguos y ese formato estaba caducado. Dos comisarías, una oficina gubernamental, otros tantos sellos oficiales ¡¿y nadie se da cuenta que los papeles están caducados?!


Así que rellena otra vez papeles, da otras mil vueltas, como en la peli esa de Asterix y Obelix, pero en chino, y espera otra semana con sus 7 días y sus 7 noches, y reza para que entre tanto no cambien las leyes al respecto y tenga que volver a empezar desde el principio.


Y es que en todos sitios cuecen habas… pero en la casa China tienen la mata entera.

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