martes, 25 de noviembre de 2008

Objetivo Panda

Los chinos le tienen un cariño especial a los pandas, a los que consideran un tesoro nacional. Pero a veces se pasan.

El viernes pasado un estudiante universitario llamado Liu, estaba con algunos compañeros de visita en el parque de Qixing, un popular sitio turístico en la ciudad de Guilin al sur del país, que alberga un pequeño zoo y una exhibición de pandas.

A sus 20 años el jóven, según sus propias palabras pensó que uno de los pandas era “tan mono, que sólo quería abrazarlo”. Así que ignorando las señalizaciones, saltó la valla de dos metros que le separaban del animal con intención de estrecharlo en sus brazos.

Yang Yang, el panda es cuestión, de 7 años de edad y 80 kg de peso, se asustó al ver acercarse al intruso, y respondió mordiéndole en brazos y piernas.

Otros dos visitantes extranjeros que pasaban por allí, alertaron a los cuidadores que trasladaron a Liu a un hospital e intentaron calmar a Yang Yang del tremendo susto por el que acababa de pasar la criatura.
Yo tuve la oportunidad de visitar el parque, uno de los más antiguos de China, en Mayo de 2007, y la verdad es que es un parque inmenso e increíblemente bonito. Pero desde luego a mi parecer los pandas son la menor de las atracciones allí.

En Guilin el clima es tan húmedo, y hacía tanto calor, que los pobres pandas estaban en una esquina sin moverse un ápice y luchando por respirar en aquel ambiente tan bochornoso. Sin embargo, en ese mismo parque hay una nutrida comunidad de monos viviendo libremente en el bosque, a los que tuve la oportunidad de dar de comer algunos lichis (Un consejo: nunca intentéis vacilar a un mono y quietarle lo que le vais a dar antes de que lo coja, que se cabrean mucho).




Hay también un parque para niños en el que pueden montar en un viejo camello o en un carrito tirado por una especie de cabra y paseando por el parque podéis también encontrar unas cascadas impresionantes, unas cuevas milenarias y mucha flora y fauna exótica, pero no, desde luego no recuerdo los pandas como su principal atracción.














Lo curioso de todo este asunto es que este no es el primer incidente de estas características.

Según una noticia de 2006, Zhang Xinyan, de 35 años y padre de dos hijos, llegó a la capital china desde la vecina provincia de Hebei exclusivamente para ver de cerca a los pandas gigantes del zoológico.

Tras la comida, y después de haberse bebido unas cuantas cervezas, se dirigió al zoo y allí, preso de unas intensas ganas de abrazar a un ejemplar, se quitó la chaqueta y saltó la verja.

La repentina visita interrumpió la siesta del oso, que mostró su malestar mordiendo en una pierna a Zhang, quien intentó desembarazarse del animal devolviéndole los mordiscos, aunque con poco éxito."En la televisión siempre dicen que el oso panda es muy simpático y nunca advierten de que puede morder. Por eso quise tocarlo", se justificó Zhang, quien reconoció que debido a su estado de embriaguez no recuerda cómo consiguió saltar la verja.
Así que cómo nadie te ha dicho que muerde, tú te saltas una valla, intentas tocar al animal, y cuando no se deja, ¡¿te lías a mordiscos con él?!

Y yo me pregunto ¿Qué les pasa a los chinos con los pandas? Cuando vas al zoo de Pekín
Siempre hay una multitud reunida entorno a las jaula-hábitat de estos osos gigantes, y a cada movimiento que hacen, aunque solo sea para rascarse la barriga, se oye un ¡Oooooooooooooooooooh! general seguido de risas.

Pero amigos míos, las apariencias engañan y que te vendan los peluches a la salida del zoo, no quiere decir que los de verdad sean de peluche y también te vayan a dejar achucharlos.

¿Y que hemos aprendido hoy? Además de que los pandas NO son peluches y no les gusta que les abracen, hoy hemos aprendido que en los zoos chinos, las vallas están para proteger a los animales de tarados como Liu y Zhang, y no al revés.

Vaya panda… pero de chinos.

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