domingo, 29 de marzo de 2009

Pena de Muerte: ¿Humanitaria?

Según el informe publicado por Amnistía Internacional esta semana, casi tres cuartas partes del total de ejecuciones por pena de muerte en el mundo se llevan a acabo en China.

Las cifras revelan que en 2008 un total de 2.390 personas fueron ejecutadas a escala global, del que el 72%, es decir 1.718 tuvieron lugar en China. Lo que muestra un incremento en cuanto a los datos de 2007 que marcaban los muertos por pena capital en el país asiático en 1.252.

Bien es cierto, y hay que tener en cuenta que China no publica datos sobre este tema por lo que las cifras nunca son exactas, y hay quien asegura que seguramente serán mayores que las estimaciones.

Dando por hecho que esto es una realidad, y viendo los datos no parece que vaya camino de abolirse, el año pasado China anunció que iba a cambiar el tiro en la nuca (el procedimiento más común en el país para llevar acabo las ejecucciones) por la inyección letal, por ser esta última una manera ¨más humanitaria¨ de proceder.

Y parece que los chinos no dejan de buscar maneras ¨más humanitarias¨ de llevar a cabo la pena capital: el Autobús de la muerte en una instalación móvil para aplicar la inyección letal. (Podéis ver aquí un vídeo relevante que, entre otras cosas, enseña algunas fotos sobre el interior del autobús.)


Según el diseñador del autobús, Kang Zhongwen, el cambio paulatino del tiro en la nuca a la injección letal ¨promueve los derechos humanos¨. Además, los defensores aseguran que es una alternativa más civilizada, y que termina con la vida del condenado a muerte de una manera más rápida, segura y eficaz.

Hay también varios motivos por los que las autoridades aprueban y apoyan esta nueva forma de patíbulo sobre ruedas. Parece ser que en las zonas rurales resulta más costoso el desplazar al condenado hasta la instalación más cercana preparada para llevar acabo el procedimiento, en términos de tiempo y dinero, ya que no cuentan con las instalaciones adecuadas ni los recursos para construir una nueva.

Además según Kang, los autobuses de la muerte aseguran que los ¨prisioneros sean ejecutados cerca de las comunidades donde se hayan llevado a cabo los crímenes¨, y en declaraciones a USA Today, continúa diciendo que el hecho de llevar a cabo las ejecuciones de manera local ¨disuade a otros de cometer crímenes y tiene más impacto¨ que si se llevan a cabo en otros lugares.

En China, un ciudadano puede ser condenado a la pena capital por 68 tipos distintos de crímenes. Más de la mitad son de caracter no violento, tales como evasión de impuestos y tráfico de drogas.

Pero los detractores aseguran que hay un interés oculto detrás de estos autobuses. Un investigador de Amnistía internacional, Mark Allison, afirma que las inyecciones dejan el cuerpo del fallecido intacto y requieren la participación de doctores, por lo que la recolección e órganos para futuros transplantes puede ser más rápida y eficaz que si el condenado es ejecutado mediante el tiro en la nuca. Y acusa a la policía china, y a los hospitales de estar implicados en el tráfico de órganos.

Por otro lado, parece que las ejecuciones son grabadas en vídeo y emitidas en tiempo real para que las autoridades locales puedan certificar que el proceso se lleva a cabo de forma legal. En Marzo, El mininsterio de Sanidad chino aprobó unas leyes por las que se prohibe explicitamente la venta de órganos y el endurecimiento de los estándares para la aprobación de un tansplante.

El problema es que China no da acceso a los cuerpos de prisioneros ejecutados, por lo que queda la duda de qué es lo que verdaderamente ocurre con ellos. Según USA Today, los cuerpos son normalmente incinerados antes de que familiares o fuentes independientes puedan verlos.

Pero teniendo en cuenta la cantidad de dinero que genera el tráfico de órganos, y el historial de corrupción de los gobiernos locales en este país, es más que posible que dicha práctica esté efectivamente llevándose a cabo.

Amnistía Internacional informó en un informe, en Abril, que los grandes beneficios de la venta de órganos que provienen de prisioneros, puede ser parte de la razón por la que China se niega a considerar terminar con la pena de muerte.

Según Allison ¨Teniendo en cuenta el gran valor commercial de los órganos, es dudoso que las nuevas regulaciones (aprobadas por el Ministerio dde Sanidad) tengan algún efecto¨

Recordando la película Seven Pounds, pensaba que, por supuesto no en el caso de que la recolección de órganos se lleve a cabo de manera ilegal y esté destinada al mercado negro con ánimo de lucro, pero en el caso de que fuera una práctica legal, que opinaría yo misma de que se destinaran los órganos de un condenado a pena de muerte para salvar otra vida.

Por un lado creo que, ya que esa persona va a morir, se puede salvar una vida a través de una muerte (con consentimiento del donante obviamente), pero por otro creo que esto se podría convertir en una excusa o un argumento a la hora de justificar la pena de muerte.

Y en útima instancia, y sobre todo, creo que un ser humano no debería tomarse la licencia de acabar con otra vida humana como castigo.

La ley del Talión debería quedar relegada a los libros de historia de una vez por todas.


Fuentes: USA Today, Guardian.co.uk

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