martes, 22 de abril de 2008

Una de Cal y Otra de Arena

Mientras la furia antigala se esparce en China, Sarkozy ha decidido dar el primer paso antes de que el tema se les vaya de las manos. En una jugada de estrategia diplomática ha escrito personalmente una carta a Jin Jing, la atleta paralimpica a la que un manifestante pro tibetano intento arrebatar la antorcha olimpica durante su participación en el ajetreado relevo en Paris (y que desde entonces, es la personificación de la indignación china).


El presidente, como digo para calmar los animos, le ha escrito una carta en la que disculpa por la forma en la que fue“empujada en París el 7 de abril cuando portaba la llama olímpica” y asegura también que ese tipo de comportamientos "no reflejan los sentimientos de mis compatriotas hacia el pueblo chino". Como guinda del pastel, invitó a Jin Jing a que visitara Francia en las próximas semanas como su "invitada personal" para "tratar de borrar este momento doloroso".


Para que entregara esta carta en mano, ha enviado en misión especial (vamos a no decir imposible) a un grupo de diplomáticos de alto cargo rumbo al gigante asiático: El presidente del Senado, Christian Poncelet, ha sido el primero en llegar y el encargado de citarse con la atleta paralimpica en Shanghai. A este le seguirán hoy el ex primer ministro Jean- Pierre Raffarin y el asesor diplomático del Elíseo Jean David Levitte.


Como contrapartida a este viaje repleto de buenas intenciones (no vaya a ser que las relaciones comerciales se deterioren) ayer el alcalde de París, el socialista Bertrand Delanoë, sorprendió a muchos (y cabreó a otros tantos) consiguiendo que el consistorio de la capital nombrara "ciudadano de honor" al Dalai Lama. Si a esto le sumamos que, más allá de las bonitas palabras, Sarkozy no ha dado marcha atrás en su condición de asistir a la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, es decir solo asistirá si el Gobierno chino entabla conversaciones con el Dalai Lama (algo que desgraciadamente no ceo que vaya a ocurrir), parece que toda esta historia se queda algo diluida en otra de esas de “vamos a hacer como que si pero va a ser que no”. Pero claro entre grandes inversiones millonarias por una lado, y su reputación por el otro, Francia se ha plantado en una comprometida situación de la que ya veremos si salen airosos.

No hay comentarios: