jueves, 17 de abril de 2008

Monjes Tibetanos y Armas Semiautomáticas

Si bien estas dos cosas a primera vista no parecen tener nada que ver la una con la otra, Pekín asegura lo contrario: La policía china dice haber encontrado, el mes pasado, armas de fuego en un templo tibetano en Aba, ciudad situada en Sichuan, una de las provincias limítrofes con el Tibet, a la que se extendieron los disturbios después de que la policía sellara la capital Tibetana. Según las declaraciones del agente Lan Bo a la CCTV (la televisión estatal china) "las armas -semiautomáticas- estaban esparcidas por todo el templo" y "algunas estaba donde los monjes guardan las escrituras". También afirmó que estas habían sido modificadas para poder disparar las mismas balas que las armas que utilizan los militares chinos y explicó que "eran tan letales como las balas de los militares". Además, desveló que la Policía supo de su existencia gracias a un chivatazo. (La noticia de Reuters aquí)


Mi pregunta y la de muchos supongo es la siguiente: ¿Por qué han tardado un mes en desvelar esta información? Y ¿Por qué la historia deja un regusto a intento claro de inculpación. Recordemos que en su momento el Gobierno afirmó tener pruebas de que el cerebro de los disturbios era la camarilla del Dalai Lama, pero nunca llegaron a presentarlas. ¿Se supone que esto es una de esas pruebas? Repito, ¿un mes después? Si yo fuera el gobierno y tuviera las fotos y la información que están difundiendo ahora, lo habría distribuido al instante para probar mis acusaciones.


Me tacharán de retorcida, pero que venga alguien a decirme que no son demasiadas coincidencias: encuentran las armas desperdigadas, curiosamente algunas guardadas en los armarios de las escrituras de los monjes. (y, siguiendo con lo de jugar a ser otro, si yo fuera monje, desde luego no guardaría mis armas en un templo que se de antemano, y por experiencia, que las autoridades chinas no van a respetar en absoluto, y desde luego no las escondería en el armario de las escrituras sagradas… puedo ser monje, pero no soy tonto, por lo cual no las guardaría en un sitio que me inculpara tan obviamente), además las semiautomáticas modificadas para disparar balas como las de los militares e igual de letales, a una mente un poco crítica le viene a decir claramente, y esto es mi opinión, “si encontráis pruebas de que ha habido algún muerto por herida de bala del tipo que usamos la autoridades, han sido los monjes que ya se habían preparado las armas”. Además no hay que olvidar que el grueso de las agresiones contra las autoridades chinas se llevaron acabo al estilo Intifada: con piedras, palos y cócteles molotov caseros.


No cierro ninguna puerta a la idea de que algunos tibetanos se hayan hartado de todos estos años de revolución pacífica y se hallan armado contra lo que ellos consideran la fuerza opresora. De hecho algunos jóvenes ya han alzado la voz en contra del “camino intermedio” que defiende el Dalai Lama y han llamado a la lucha armada y a reclamar la completa independencia del Tibet, en vez de a las aspiraciones de autonomía por las que aboga su líder religioso. En cualquiera de los casos, hay que diferenciar, y esto es importante, entre jóvenes exaltados y exiliados pertenecientes a una minoría étnica, y los monjes budistas de la rama tibetana que son hombres dedicados a la meditación y a la lectura de las escrituras. Por eso, si las armas se hubieran encontrado en cualquier otro sitio no me hubiera sorprendido, pero que intenten que me crea que un monje, que por su arraigada fe no puede dañar a ningún ser vivo, guarda con lo más sagrado de su religión un puñado de armas semiautomáticas modificadas, despierta en mi una incredulidad que solo podría combatir un ejército de reporteros independientes enarbolando la bandera de los hechos y las informaciones contrastadas. ¡Ah no! Eso no será posible, ya que tienen completamente prohibida la entrada a cualquier zona tibetana conflictiva, desde que el 14 de Marzo las protestas se volvieran violentas… eso sí, las fuentes oficiales, las únicas que hay, aseguran que se les mantiene alejados “por su propia seguridad”.


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