domingo, 27 de abril de 2008

798 DaShanZi: Antes y Después


He aprovechado la maravillosa y soleada tarde de este domingo de finales de Abril pekinés para acercarme a Dashanzi, el llamado distrito del arte, y la verdad me ha dado mucha pena lo que he visto.


Pero antes de contaros lo que he visto hoy, dejadme que os introduzca al que, desde hace años, se ha convertido en el centro cultural más importante de la ciudad: 798 Space.


Con 20,000 metros cuadrados de naves, fue en los años 60, el complejo industrial más grande de Asia. La fábrica, construida de acuerdo con los preceptos del Bauhaus alemán (combinar belleza arquitectónica con funcionalidad industrial), se inauguró en 1957 y durante más de 3 décadas, fue ejemplo de la productividad y liderazgo del Partido Comunista.

Sin embargo, en los 90, como parte de las reformas económicas, el gobierno retiró los fondos a las fábricas estatales, por lo que las autoridades de Dashanzi tuvieron que realizar despidos masivos y cerrar sus puertas.


En 1995 la Central Academy of Fine Arts, fue precursora de su resurgimiento, al alquilar una de las bodegas abandonadas aprovechando sus grandes espacios y precio asequible. En 2002 se corrió la voz, y hoy el área atrae a coleccionistas, expertos y amantes del arte en general.

El 798 Space, que está situado al noreste de la ciudad, más allá del cuarto anillo, alberga decenas de estudios, galerías, cafés y librerías. En él se dan cita conciertos, raves, teatro y performances, junto a pasarelas de moda y exhibiciones de películas o documentales. El lugar se ha convertido en símbolo y referencia de la comunidad intelectual de Beijing. Sin embargo, su futuro está en peligro.


La primera vez que visité Dashanzi, hace mas o menos un año, el encanto del sitio me cautivó: pasear por una auténtica fábrica, con aspecto de fábrica, e ir descubriendo esculturas por las esquinas, pequeñas galerías de arte, estudios e interesantes exhibiciones escondidas en alguna nave recóndita, encandila a cualquiera… hoy, hoy he estado en un proyecto de parque de atracciones turístico.

Como cualquier otro día en cualquier esquina de esta ciudad, sin importar que sea domingo, los albañiles trabajan afanosos asfaltando calles, reparando fachadas y construyendo edificios… pero había algo distinto en Dashanzi… las tiendas dónde comprar souvenirs artísticos, posters, libros sobre arte y demás chucherías se han multiplicado, a la par que las cafeterías y los restaurantes, y muchas naves, han dejado de ser naves para transformarse en modernos edificios. Todo esto, mejorará el sitio como punto turístico y hará del lugar un centro comercial del arte, pero desde luego, bajo mi punto de vista, ha perdido el encanto que tenía.


Había leído el mes pasado en The Guardian un artículo sobre las órdenes de demolición por las que iban a destruir, entre otras cosas, el teatro erigido por uno de los primeros artistas que se mudo a Dashanzi, y sobre como muchas otras galerías también serían demolidas para construir en su lugar un parking de 6 pisos para los JJ.OO. El artículo explicaba como la rápida subida de los alquileres y el control del gobierno sobre este distrito, han expulsado del lugar a muchos de los artistas fundadores… Pero desde luego no era así como me lo imaginaba… donde antes había galerías ahora hay cafeterías, donde antes estaba el taller de un escultor, ahora hay una tienda que vende bolsos, chaquetas y peluches, dónde podías visitar una modesta pero magnífica exposición, ahora puedes visitar un magnífico pero monstruoso centro de arte contemporáneo… una lástima vamos…


Pero este es el precio que 798 Dashanzi ha pagado por las inversiones millonarias de fundaciones internacionales, y museos que se han trasladado a sus calles.

Como decía Hu Ge, un joven artista experimental chino, en el artículo de The Guardian “Dashanzi era antes algo de lo que querías formar parte, ahora es algo contra lo que te quieres rebelar”


Espero, que aunque distinto, Dashanzi, una vez adaptado al cambió que está sufriendo estos días y aunque remodelado, mantenga su esencia, o al menos recupere su encanto… Pero como todo, ahora mismo, en esta ciudad: habrá que esperar hasta después de los Juegos para ver que pasa.


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