Los Lagos del Terremoto

En tres días, se cumplirá exactamente un mes del mortífero terremoto de 8 grados en la escala de Richter, que asoló la provincia de Sichuan el 12 de Mayo de 2008, una fecha desde ahora histórica para China. Hasta el momento son 69.136 los muertos recuperados de entre los escombros, aunque la cifra sigue aumentando día a día. 17.679 personas permanecen desaparecidas y la Oficina de Información del Consejo de Estado anunciaba el sábado que un total de 45,71 millones de personas se han visto afectadas de algún modo por el seísmo.

Las cifras de la catástrofe hablan por sí solas.

Mientras tanto los campamentos de viviendas temporales para los supervivientes que se han quedado sin hogar no paran de crecer. A día de hoy 40.600 viviendas han sido ya levantadas, y se planea la construcción de otras 77.800, lo que supone una producción frenética de piezas, unas 5mil diarias, para estas casas prefabricadas.

Pero el peligro no ha terminado para los habitantes de Sichuan. Debido a un masivo desprendimiento de fango y rocas después del terremoto, se han formado en la región 30 lagos que amenazan con desbordarse. El mayor de ellos, Tangjiashan, amenaza a la vida de 1.3 millones de personas, si llegara a desbordarse incontroladamente.

Por ello, el gobierno ha puesto en marcha una operación, que está siendo supervisada por el terreno por el vicepresidente Wen Jiabao, y por la que ya han reubicado a 250.000 personas, como parte del plan que prevé que un tercio del volumen del agua se desborde. Mientras que el resto de los potenciales afectados, tendrán que esperar a ver como se desarrolla el drenado para en caso necesario, ser evacuados siguiendo el procedimiento del que ya han sido informados.

Durante 6 días, más de 600 policías y soldados trabajaron día y noche para excavar un canal de 475 metros de largo que sirviera para desviar el agua de este lago. Y finalmente ayer por la mañana comenzó el drenaje de Tangjiashan.

Lo que me sorprende de esta noticia es lo siguiente: el 6 de Junio, es decir hace 3 días, leía unas declaraciones de Liu Ning, Ingeniero Jefe de el ministerio de recursos hidrológicos, en las que aseguraba que no llevarían acabo la idea que se estaba barajando, de utilizar dinamita para hacer explosionar el lago y así liberarlo de su carga porque “la explosión podría provocar resultados inesperados”

Como decía, ayer comenzó el drenaje, y hoy sin embargo leo que “Ingenieros militares han disparado proyectiles de corto alcance para destruir los pedruscos en el canal, con el objetivo de acelerar el proceso de drenaje.”

Según Xinhua, “El nivel de agua ascendió hasta los 742,58 metros sobre el nivel del mar a las 08:00 de hoy lunes, con una subida de 0,92 metros durante las últimas 24 horas, y 2,21 metros por encima del canal de drenaje que entró en funcionamiento el sábado por la mañana.” Además “Una lluvia moderada y el desprendimiento de tierras causado por la réplica de 4,8 grados en la escala de Richter que sacudió ayer (Domingo) la zona han agravado la situación del lago, y los expertos siguen supervisando el impacto potencial del último temblor.”

En otras palabras: pese a los esfuerzos humanos, el lago sigue planteando un serio peligro para la vida de más de un millón de personas que permanecen en sus casas a la espera de ser evacuadas.

Y digo yo, si habéis decidido no dinamitar para no hacerlo más peligroso, es normal, o por lo menos comprensible, que no desalojéis a el millón 300 mil personas a las que potencialmente podría afectar el desbordamiento del lago. Pero si ha habido una nueva réplica, sigue lloviendo, el lago en vez de vaciarse sigue aumentando y además habéis decidido usas dinamita a la desesperada, lo suyo es que toda persona susceptible de ser evacuada sea evacuada ya de una vez, porque si no, después vendrán las lamentaciones: pueblos enteros inundados, más muertos y periodistas extranjeros haciendo preguntas incómodas que el gobierno no quiere responder.

Y aunque aquí todo se arregle con patriotismo y cerrojazo informativo, yo la verdad, soy partidaria de seguir aquel principio de “Mas vale prevenir que curar” o en este caso que recoger los cadáveres.