miércoles, 3 de septiembre de 2008

El desayuno de los campeones

En mi primer paseo, ya hace más de un año y medio, por el supermercado de mi céntrico barrio Pekinés, me sorprendió ver y reconocer infinitas marcas de productos. Con sus nombres en caracteres chinos, muchas de ellas sólo son reconocibles por los colores distintivos de la marca o el propio logo. Y es precisamente esto, reconocer las marcas, lo que más ilusión te hace cuando, con terror, te dispones por primera vez a llenar la cesta de la compra con cajas, cartones y bolsas que no tienes muy claro que contienen, porque, debido al desconocimiento del idioma, no puedes leer las etiquetas o comprender los ambiguos dibujos. Creedme, en este primer paso, la globalización ayuda mucho.



Superada la ilusión y fijándome especialmente en aquello que conocía para ver como lo habían adaptado al mercado chino, me cautivaron los diferentes sabores que podía encontrar aquí, y que sin embargo en España no disfrutamos, de una cosa tan nuestra como, por ejemplo, el Cola Cao. En las estanterías se apilaban pequeños paquetitos, que no botes, de Cola Cao de plátano, de fresa, de melocotón…





Hoy, el Cola Cao chino ha vuelto a llamar mi atención: Con el bote grande (el equivalente al pequeño en España) regalaban una taza firmada con la foto de los campeones chinos Olímpicos. Y es que como bien dice su eslogan “Cola Cao es el desayuno de los campeones”, y yo añadiría, en Madrid como en Pekín.








Además, dejadme que os cuente algo curioso sobre los nombres en chinos de los productos extranjeros: los avispados integrantes de los departamentos de marketing intentan encontrar un nombre, que además de parecerse fonéticamente al original, tenga también un buen significado en mandarín. Así Cola Cao se convierte en Gao Le Gao (高乐高) que quiere decir algo así como Alto y feliz (alto feliz alto, literalmente), que supongo que hace alusión al poder del Cola Cao para ayudarte a crecer contento.



Por poneros otro ejemplo, a la cadena de supermercados francesa Carrefour los chinos la conocen como Jia Le Fu (家乐福) que significa la casa de la felicidad ( Jia significa casa, hogar, y Le y Fu son dos maneras distintas de decir felicidad). ¡¿Un hipermercado, estandarte del consumismo, casa de la felicidad?! Desde luego… ¡Si Mao levantara la cabeza!





Ikea también tiene tiendas en China, a las que han llamado Yi Jia Jia Ju (宜家家居), que se podría traducir en algo así como: Lo apropiado para la casa.





Pero volviendo a mi primera experiencia en el súper, en el estante de al lado del Gao Le Gao, otros productos con variedades desconocidas me cautivaron: ¡Puedo hacer Tang de uva, de mango, de manzana o de piña!, decía yo completamente emocionada.





Tiempo después una de mis últimas sorpresas fue encontrar el surtido veraniego de la marca de patatas fritas Lays. Un nuevo y completito abanico de asiáticos sabores tales como mango, lichis, pepino o tomates cherry. En su momento probamos las Lays con sabor a lima: Desde la primera ya me di cuenta que el sabor que figuraba en el envase no era el que mis papilas gustativas reconocían… tras tres bolsas más, conseguimos descifrar a que sabían las dichosas patatas: ¡Son de calamares a la romana!




Ante todas estas nuevas posibilidades para el paladar, lo primero que te preguntas mientras llenas la cesta con estos exóticos sabores es: ¿Por qué no los comercializarán en España? Pero si os digo la verdad, pasada la novedad, el Cola Cao lo sigo tomando original, el Tang, de limón y las patatas fritas, con sal.



Y es que supongo que hay que ser muy chino para apreciar determinados sabores.




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