jueves, 1 de mayo de 2008

Aeropuerto ¿Internacional? de Beijing

Con motivo de la semana dorada por la fiesta nacional del 1 de Mayo, esta mañana me disponía a viajar a Xishuangbanna, al suroeste del país en la provincia de Yunnan.

Llego al aeropuerto nacional, desgraciadamente a la T2, no a la nueva Terminal, la T3, la más grande del mundo, que ha sido construida en el tiempo record de 4 años y que, entre otras cosas, alberga el único Burguer King de todo el país.

El caso, llegamos con bastante tiempo al mostrador del check-in, por que debido al fallido intento terrorista de prender fuego a un avión que volaba de Urumqi (capital de la provincia de Xinjiang) a Beijing, el pasado 7 de Marzo, las medidas de seguridad en los vuelos nacionales se han endurecido, retrasando consecuentemente el paso de los controles hasta las puertas de embarque.

Pues bien, una vez en el mostrador, un amable azafato de tierra intenta explicarnos en inglés, que nuestro vuelo lleva dos horas de retraso. Como no terminamos de entenderle muy bien, intentamos que nos lo explique en chino, y sacamos en claro que en Kunming (Capital de la provincia de Yunnan, donde tenemos que hacer escala) esta lloviendo tanto, que el avión no puede despegar… ¿Algún problema? Nos pregunta… pues si, muchos, pero que le vamos a hacer…

El tipo nos asegura, en chino, que en la puerta indicada, sus compañeros nos estarán esperando para darnos más información. Tras facturar y recoger nuestras tarjetas de embarque nos dirigimos a pasar los, como os comentaba, estrictos controles de seguridad.

Como en el truncado atentado terrorista en marzo, lo que intentaron fue prender fuego a una lata de refresco rellena de gasolina, una señorita se dedica a recoger, en una gran bolsa ya llena y que lleva en las manos, todos los mecheros de los que estamos haciendo cola.

Tenemos suerte y no nos hacen descalzarnos, pero si sacar el ordenador de su funda, quitarnos el cinturón y separar la bolsita transparente homologada para cremas y demás líquidos en cantidades menores a 100ml… todo esto tras enseñar nuestra tarjeta de embarque a 3 personas distintas en menos de 4 metros de distancia.

Me paran para inspeccionar mis cremas. Mediante gestos el oficial me pregunta algo así como ¿Qué es esto? Es para los labios – le contesto en chino - ¿Y esto? Para la piel. Me mira, los abre, los huele… no le deben oler a nada inflamable por que los cierra y me los devuelve.

Sin prisas, porque contábamos con dos horas de retraso, vamos hacia la puerta de embarque esperando encontrar a alguien que nos indique los pormenores y que nos de el típico vale de “Tómate una Coca-Cola mientras esperas”.

Pues que va…. En nuestra puerta hay otro vuelo embarcando y nadie que parezca dispuesto a informarnos. Nos acercamos a la azafata de tierra de la puerta de al lado y como nos interesa enterarnos bien de lo que nos va a decir, le preguntamos en chino:
- ¿Habla inglés?
- Un poco.
- Ok.
Le contamos nuestra situación y nos contesta en chino
- Un momento que pregunte por teléfono.
Al terminar la llamada lo primero que nos dice es:
- Os lo explico en chino.- y prosigue.

Lo que nos explica, en chino, es que de Lijang a Kunming hay mucho viento (espera, ¿hace un rato no nos habían dicho que era lluvia?) así que el avión asignado todavía no puede volver de allí… en definitiva: No se puede volar.
- Ya, pero ¿cuanto retraso llevamos?
- No lo sabemos todavía.
- Pero ¿vamos a poder volar?
- No lo sabemos todavía.
- Pero ¿tardará más de una hora?
- Mmm… puede que sí.
- Es que queremos comer, ¿Nos da tiempo?
- Si, arriba hay un Subway (Un restaurante de bocadillos)

Así que con horas de espera por delante, en plural e indefinido, sin casi explicación, ninguna en inglés, y sin ni siquiera una disculpa o un vale para un refresco, nos vamos a comer.

A la vuelta miramos las pantallas para ver cuanto nos queda por estar allí. Pero una hora y media después de que hayamos llegado al Aeropuerto Internacional de la capital de China, en las pantallas no pone nada de nada: ni vuelo retrasado, ni hora estimada de salida.

Ya sentados esperando escuchamos un aviso por megafonía… prestamos mucha atención, por mejorar nuestro chino, pero obviamente esperando al mensaje en inglés después del que está sonando en mandarín… pero el mensaje en inglés nunca llega. Gracias a que hemos prestado mucha atención y a nuestro vocabulario básico, entendemos que nuestro avión va a salir a las 17.50, o sea con 3 horas y media de retraso. Pero no podemos comprobar la información en las pantallas, por que esa información, simplemente no existe.

En fin, al final hemos estado esperando las 3 horas y media y sólo en la última media hora, las pantallas mostraban que nuestro vuelo iba con retraso y la nueva hora de embarque.

Todo esto no ha sido tan complicado, pero hay que tener en cuenta que yo ya estoy familiarizada con el país, la gente y un poco de su idioma. Sin embargo, si me hace reflexionar sobre lo preparados, o no, que están en la capital, para cuando en menos de 100 días, aparezcan por esos mismos mostradores hordas de extranjeros, exigentes y protestotes, que además no van a saber ni el chino más básico y que van a llegar aquí esperando poder comunicarse sin problemas, por lo menos en el a sí mismo llamado Aeropuerto Internacional de Beijing.

Y como dice Doña Ramírez en La Venganza de Don Mendo:

Pues lo mandan, es razón,
Que sea muda, ciega y sorda,
Pero me da al corazón,
¡Que aquí se va a armar la gorda!

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