miércoles, 20 de agosto de 2008

Bicis de Bombero y Abuelos Vigilantes

China ha dejado claro desde hace meses que la prioridad, para que el desarrollo de los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 fuera armonioso, era la seguridad. Y así ha sido.


Se han desplegado, como ya sabéis, 100.000 policías antiterroristas, se han colocado 30.000 cámaras de seguridad en las calles, y baterías de misiles anti aéreos en las inmediaciones de los estadios Olímpicos. Pero estas son las medidas comunes, y hoy quiero hablaros de otras medidas no tan comunes.


Hay que tener primero en cuenta las particularidades de esta ciudad imperial, todavía llena de callejuelas estrechas, los famosos Hutong, por dónde no caben casi ni los coches.


He leído estos días algunas pseudonoticias de algunos periodista que más que es trabajar se han venido a Pekín de vacaciones, y tachan de tercermundistas e insalubres los Hutongs, que he de decir a mi me encantan.


Me parece que es una de las peculiaridades de la ciudad China que le da su toque personal. Yo tengo la suerte de vivir justo delante de una gran zona de Hutongs en el centro de Beijing. Y digo suerte, porque aún estando dentro del segundo anillo, es decir en el puro centro de la capital, tener ese enjambre de callejuelas detrás, por el que os decía que el tráfico es muy reducido, hace que mi distrito, mi barrio, mi casa especialmente, disfrute de una calma y un silencio, que viniendo de Madrid, me parecía imposible encontrar en cualquier capital del mundo.


Además pasear por los Hutongs te da una idea de lo que es el Pekín profundo, la vida en ellas sigue imperturbable, con sus señoras sentadas en las puertas, las mantas colgadas en la entrada o sus pequeñas, mínimas, tiendas de comestibles o restaurantes escondidos tras alguna esquina soportando el paso del tiempo. Auténtico.


Pero bueno, al tema. Pekín es bien conocido por sus habitantes eternamente montados en bicicletas. Y no es solo porque sea más sano o más barato que un coche, que también. Si no porque además, las bicis les permiten llegar a sitios donde un coche no les llevaría. Y uno de esos sitios son los Hutongs.


Por esta misma razón, la seguridad de la ciudad ha tenido también que adaptarse a estas circunstancias con una serie de “transportes especiales”. Por esto, aquí además de tener camiones de bomberos, también tienen “bicis de bomberos”. Y así están preparados para cualquier posible contratiempo.


He visto estas bicis o carritos de bombero circulando por mi barrio últimamente, y hacía tiempo que uno de estos transportes especiales no llamaba mi atención. Al principio siempre te asombran los carritos tirados por bicis que reparten la Coca Cola, o el transportista que utiliza este mismo medio para mover tubos de más de 2 metros de PVC, o pantallas de televisión, o puertas de cristal. Pero este último descubrimiento ha probado la capacidad infinita que tienen los chinos para conseguir sorprenderme cada día que pase en este país.




Pero las “bicis de bombero” no son las únicas nuevas adquisiciones de seguridad que rondan mi barrio esto días.


Por las calles de Pekín, es usual ver a grupos de personas mayores tranquilamente sentadas viendo pasar la tarde, jugando a las cartas o al ajedrez chino.


Pero en las últimas semanas estos grupos se han uniformado con polos olímpicos y brazaletes rojos. Su apariencia puede llevar a equívoco. A mi llegaron a engañarme, y estuve unos días pensando “que enrollados estos del gobierno que les dan polos olímpicos a los abuelos para promover el espíritu”. Pero que va. No son simples abuelos. Se organizan por turnos para vigilar las calles de su comunidad y mantener la seguridad de su zona.


Y es que, como os digo, China no solo cuenta con fuerzas armadas profesionales y un nutrido grupo de policías antiterroristas. Los mayores también tienen su papel en el dispositivo de seguridad desplegado en la capital.


Parte de los 70.000 voluntarios con los que cuenta la organización, son Pekineses de entre 50 y 70 años que se apuntan cada día a los numerosos grupos de vigilancia locales, que en contacto directo con la policía reportan cualquier posible situación peligrosa controlando los movimientos y el comportamiento de los desconocidos.


Son una fuerza muy importante, porque primero: esta responsabilidad hace que se sientan útiles, dándoles un papel en el desarrollo del evento más importante de la historia moderna de su país. Y segundo: son pekineses de pura cepa que además de estar completamente de acuerdo con la línea del Partido, conocen el barrio y sobre todo a la gente. De otra manera estarían haciendo lo mismo, mirar y comentar, pero así, además ejercen de informantes. Y ya os lo digo: hay muchos.




¡Así que no menosprecies a los mayores de la capital, que son herramientas de la ley!






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