lunes, 27 de abril de 2009

Trabajos de Chinos

Con la ingente población del país asiático, el gobierno tiene una ardua labor al tener que proporcionar trabajos a todos. De hecho el famoso y necesitado 8% de crecimiento, como mínimo, que los dirigentes aseguran que necesita el país, se debe a que esta es la cifra, según la cual podrían seguir creando puestos de trabajo para que la gente no esté descontenta y puedan seguir manteniendo la tan codiciada como virtual sociedad armoniosa.

Pero al tener que proporcionar trabajo a 1.300 millones de personas, no todos obtienen trabajos deseables.

Por ejemplo, esta semana he visto cada día en el metro a un chico, y digo chico por que no tendría más de 25 años, cuyo trabajo consiste simplemente en estar de pie al lado de una escalera con el brazo extendido indicando, sólo con su gesto, que por ahí se puede bajar a los andenes de la línea 10. Exactamente el mismo trabajo informativo que hace el barato y perpetuo cartel que tiene justo encima de su cabeza, pero en vez de una flecha, él usa su brazo. Claro está que el cartel no se cansa, pero su brazo sí, así que ha desarrollado la técnica de apoyar el brazo en la barandilla de las escaleras para que su arduo trabajo sea menos cansado. Y ya sin bromas, estar de pie y con el brazo estirado 8 horas tiene que ser extremadamente cansino, además de aburrido.

Otro chaval de más o menos la misma edad, tiene un trabajo un poco más complejo: de pie junto a una escalera mecánica y armado con un megáfono, su principal tarea es enseñar a los usuarios de este transporte público de Beijing, que al subir por las escaleras, la parte de la derecha es para pararse y la de la izquierda para subir andando. Y aunque parezca increíble, los chinos aún no lo tienen muy claro. Es más que común subir por una escalera de este tipo, y que ambos lados estén colapsados con gente. Así que este pobre chaval, tiene que estar muy atento, y cada vez que alguien se para en el lado izquierdo de la escalera, tiene que coger el megáfono y gritar algo así como "la parte de la izquierda es para seguir subiendo, para quedarse parado muévase al lado derecho".

Algo parecido ya ocurrió en los meses previos a los JJ.OO. En los meses previos a los JJ.OO. las paradas de metro y de autobús estaban flanqueadas por empleados vestidos con un llamativo uniforme amarillo que, también a golpe de megáfono, intentaban instruir a la gente para que dejaran salir antes de entrar, en el caso del metro, y para que aprendieran a hacer y respetar la cola en ambos transportes públicos. He de decir que aunque sigue habiendo algún que otro listo y algún otro despistado, parece que van acostumbrándose a ello.

Y es que los Juegos han traído muchos cambios a la capital china. Por ejemplo, los inútiles escáneres por los que hay que pasar el bolso cada vez que entras al metro y de los que ya hablé hace unos meses. Las instalaron con motivo de los JJ.OO, por razones de seguridad, pero una vez pasado el evento deportivo debieron pensar “Bueno, ya que las hemos comprado, vamos a amortizarlas”, así que las han dejado ahí. Además cada máquina supone al menos 4 puestos de trabajo, por que en cada una tiene a dos guardias de seguridad detrás de la pantalla y a otras dos en cada acceso del metro para asegurarse de que la gente obedece y pasa sus pertenencias por el aparato.

En fin, una vez que has creado 4 puestos de trabajo por cada máquina en cada entrada del metro, multiplicada esa cantidad por el número de paradas de todo la red de este transporte público, es más fácil mantenerlos en su trabajo, que echarlos a la calle y tener que crear, e inventarse, nuevos puestos adicionales.

La verdad es que es una jugada redonda, porque además de mantener a gente empleada, das la virtual sensación de seguridad. Y digo virtual, por que en mi opinión esta medida es solo de cara a la galería y carece de toda efectividad real.

Por ejemplo, el otro día me llegaba este mensaje de una amiga mía:
"Es increíble como tienen todos estos escáneres (en el metro), y aun así tengo a un tipo de pie a mi lado que lleva una sierra gigante en la mano. ¿Que están escaneando entonces?"

Y es que yo ya he aprendido que ni siquiera hace falta pasar por el escáner si no quieres, yo paso por al lado de una de las guardias de la puerta, abro el bolso y se lo enseño, ella mira dentro sin muchas ganas y me dice que pase con desdén. Yo tiendo a llevar bolsos bastante grandes, y creedme que con el rápido y desinteresado vistazo que le echa la somnolienta guardia, podía llevar en el fondo del bolso un cargamento de dinamita que nadie se iba a dar cuenta.

¡Pero todo sea por no mandar a todos esos ciudadanos al paro!

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