martes, 15 de julio de 2008

Cambios Olímpicos


Parece que a estas alturas de año, ninguna noticia que salga de China puede venir sin la coletilla Olímpica. Pero es que son precisamente los inminentes Juegos los que están sirviendo de motor de cambio a la ciudad imperial que es Pekín.


Muchos cambios como digo, aunque, como siempre unos mejores que otros:


Mao desaparece momentáneamente de los de los billetes de 10 Yuanes.


Y es que los Juegos también dejarán su huella eterna en la moneda del país.


El Banco Popular de China ha expedido 6 millones de billetes de 10 yuanes (aproximadamente 1 euro) para conmemorar los juegos.


En los billetes que se pusieron en circulación el pasado martes no aparece la cara de Mao, sino que en él se pueden apreciar las imágenes del estadio Olímpico El Nido, la silueta del templo del cielo y el discóbolo de Mirón.




Este es un cambio significativo si se tiene en cuenta que en todos los demás billetes de 1, 5, 10, 20 50, y 100 Yuanes el rostro del timonel preside una de las caras de billete y es más, esconde una de los trucos para saber si el billete es o no falso. En los billetes verdaderos el cuello de la camisa de Mao, que es por extensión un cuello mao, es rugoso al tacto y a menudo se puede ver a los pekineses tocando el cuello del que fue su líder para asegurarse de que no les están engañando como a chinos.


El pasado Lunes 7 por la noche se formaron largas colas en las puertas de las 300 sucursales bancarias designadas para la venta de estos preciados billetes conmemorativos, ya que muchos Pekineses han querido hacerse con uno de estos recuerdos del que dicen es el evento más importante que ha organizado China en su historia moderna.


¿Metro de Beijing o vuela


Como os decía ayer, la seguridad es la prioridad número uno para las autoridades chinas que quieren asegurarse que el desarrollo de los Juegos de este verano se lleve a cabo sin sobresaltos.


Por esta misma razón, las medidas de seguridad en la capital aumentan por momentos y claro ejemplo de ello es la nueva situación del metro de Pekín que se asemeja mucho estos días a las de los aeropuertos.



Desde el pasado 29 de Junio los usuarios el metro se han encontrado con puntos de registro, agentes de seguridad y escáneres de rayos x en 93 de las estaciones de este transporte público.


3000 Inspectores y 30 perros entrenados para estas labores son los encargados de poner en práctica registros aleatorios, inspección de las maletas de gran tamaño con los rayos x así como de impedir el paso de materiales peligrosos a las instalaciones del metro y de controlar los líquidos sospechosos que puedan llevar los pasajeros.


He leído que los líquidos pasaran controles más exhaustivos si el pasajero se niega a dar un trago delante de los inspectores, y que estará prohibido entrar al metro con más de dos litros de Baijiu (el aguardiente local).






Como os podéis imaginar tanta seguridad está complicando la vida diaria de los residentes, no solo en el metro si no también en controles exhaustivos en las carreteras y el aeropuerto, aunque estos aseguran que son medidas necesarias y que las aceptan de buen grado por el bien común y el éxito de los Juegos.


Horarios de trabajo más ¿flexibles?


Los trabajadores van a sufrir más de lo acostumbrado a partir de el próximo día 20, y no solo porque aquellos que tengan un coche no vayan a poder hacer uso de él los días pares o impares dependiendo de su matrícula, sino por que además de eso, por motivos de tráfico, para evitar aglomeraciones (aunque no se yo si en este país esa es una meta alcanzable) el gobierno ha decidido ajustar las horas de trabajo.


Según la circular del gobierno provincial de Pekín, los organismos oficiales abrirán de 9:30 a 5:30, las empresas de 9 a 5 y las tiendas y los centros comerciales de 10 a 10.


El gobierno está alentando a los ciudadanos a que trabajen desde casa si pueden, para evitar tener que hacer largos viajes de ida y vuelta de las oficinas.


Muchas medidas y muchos cambios para el inminente evento del año.

No se vosotros pero yo estoy deseando ver como resultan tantos preparativos.




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