lunes, 27 de abril de 2009

Sube a la Muralla

Un hombre, no es un hombre de verdad si no sube a la gran muralla. Estas palabras de Mao presiden la entrada al monumento nacional Chino a su paso por Badaling, la sección más turística de la muralla en Pekín.


Sea cierto o no, creo yo que los chinos lo han tenido muy fácil para eso de llegar a ser un hombre de verdad, dada la extensión de la muralla, que hasta ahora se estimaba que medía unos 6.300 Km.


Y digo hasta ahora, por que un estudio reciente, que ha hecho uso de los avances tecnológicos de nuestra era, ha descubierto que la muralla es bastante mas larga de lo que se pensaba. Bueno, bastante más larga, pensaréis vosotros, habrán descubierto un par de kilómetros más. Pues que va señores, los infrarrojos y el GPS han desvelado 2.551 Km de muralla que permanecía escondida al orgullo nacional.


Con lo que la longitud actualizada del monumento se pone en 8.851 Kilómetros.


¿Pero, como han podido permanecer en el anonimato estos más de 2.500 Km? Pues al parecer, los tramos descubiertos que pertenecen a la Dinastia Ming (que reinó en China de 1368 a 1644) se habían ocultado con el paso de tiempo y las tormentas de arena.


Pero hay que saber que la llamada Gran Muralla, o como la conocen los chinos “La larga muralla de los 10.000 Li” (medida china que equivale a medio kilómetro) y que fue proclamada patrimonio de la humanidad por la UNESCO en 1987, no es de facto una sola pieza, sino que es una serie de murallas y barricadas de tierra que se empezaron a construir en el siglo 5 Antes de Cristo y que se unieron por primera vez bajo el mandato de Qin Shi Huang allá por el año 220 de nuestra era, según apunta la BBC en su artículo dedicado al hallazgo.


Lo curioso de la muralla, es que aun siendo simplemente una muralla cambia según el paisaje. Yo he podido verla en varias secciones turísticas de Pekín, bien restauraditas para que ningún turista se rompa un tobillo; en Qinhuangdao, al norte de la capital, donde la muralla se une con el mar; y a las afueras de Pekín, tras una caminata de 7 horas por montañas y parajes increíbles, donde todo lo que queda de la otrora magnífico icono arquitectónico en un par de torres semiderruidas y un montón de piedras que recuerdan que un día fueron el nexo de unión entre las torres.


La Gran Muralla a su paso por Badaling

Una de las secciones más turísticas a las afueras de Pekín

Restaurada recientemente sepenteando entre las montañas

La Gran Muralla se une con el mar en BeiDaiHe

La Gran Muralla en un tramo salvaje en las montañas

Una de las tres torres en el tramo salvaje

La vista desde la ventana de una torre en las tres diferentes secciones
De izquierda a derecha: Badaling, Beidaihe y la sección salvaje


Pero allá donde la veo, siempre me vuelve a la mente lo grandioso de la obra, no por su belleza, porque en el fondo es una muralla, pero por el pensamiento de que cuando esta gente de este lado del mundo estaba muriendo para construir semejante barrera, en Europa andábamos aun en pañales.


Pero volviendo al descubrimiento en si, dándole un poco la razón a Mao, con más de 8.000 Kilómetros disponibles, efectivamente el hombre que no suba a la muralla no es que no sea un hombre de verdad, es que es un vago redomado.

No hay comentarios: