miércoles, 15 de abril de 2009

Multitudes que Anuncian Tormenta

Si bien es cierto que en todos los países del mundo, especialmente en España, siempre se forman pequeños atascos en las carreteras cuando hay un accidente porque los conductores del sentido contrario movidos por un morbo que yo no entiendo, deceleran para mirar a ver que ha pasado, también lo es que las aglomeraciones de curiosos en China no se limitan sólo a este tipo de situaciones.

Los chinos son... digamos… bastante cotillas y en cuanto pasa algo en la calle inmediatamente se forma un corro de unas 15 o 20 personas que miran muy de cerca para poder ver que es lo que ocurre.

En un cruce cercano a mi casa, los fines de semana siempre se paran uno o dos coches de policía para hacer controles rutinarios. Pues a esas mismas horas siempre hay un nutrido grupo de espectadores alrededor, como el que está en el sofá de su casa viendo la telenovela de turno.

Pero es que un día, pasaba yo por allí, y había un señor mayor, que no contento con su papel pasivo de espectador decidió pasar a la acción y participar del control. Así fue que cuando el policía salió de registrar la parte del copiloto y se dispuso a mirar los papeles del conductor, el señor, se acercó hasta la puerta abierta del coche y metió medio cuerpo dentro para ver si encontraba, supongo yo, algo que se le hubiera pasado por alto al agente.

Como esta, he presenciado muchas otras sorprendentes estampas. Otro día, en un Hutong, un coche se había chocado con un biciclista, y digo chocado y no atropellado porque el biciclista en cuestión estaba en pie echando venablos por la boca contra el conductor del vehículo, y allí, alrededor, una multitud esperaba a que la policía se personase. Hay que tener en cuenta que en China no es como en España, que cuando hay un choque leve, se retiran los coches al arcén, en China, por muy leve que sea el golpe, los vehículos no se pueden mover ni un milímetro hasta que legue la policía y decida quien es el culpable.

Pero lo curioso, es que los chinos no miran desde lejos, no. Ellos se acercan mucho, mucho, tanto que hay veces que no es posible ver que es lo que pasa en el centro del tumulto.

Hoy por ejemplo ha habido un accidente en una calle cerca de Gulou, la torre del Tambor, en el centro de la ciudad. Al parecer, por lo que he podido ver in situ, un coche, se ha saltado una valla en un cruce, metiéndose en sentido contrario y chocando contra otro que venía circulando por el lado correcto de la vía.




Como de costumbre una gran cantidad de viandantes se había parado a contemplar la escena. De hecho, en este momento alguien me acaba de llamar para decirme que ahora mismo, horas después, están retirando el segundo coche y todavía hay un grupo de gente congregada entorno a la grúa de policía.

Pero yo creo que la mejor, o más increíble que he visto fue una que ocurrió en esa misma calle del centro. Caminaba por la acera, cuando de repente empecé a ver una cantidad de gente increíble apostada a los lados de la carretera, pegada a los cristales de las tiendas, con los coches parados en las vías de servicio, sentados en sus bicicletas en medio de la calzada, vamos, que faltaba un señor gritando eso de “chicles, pipas, caramelos, palomitas”.

Era tal la cantidad de gente que me pensé que iba a pasar por allí una cabalgata o algo por el estilo, porque allí no había nada, ni accidente, ni disputa, ni nada fuera de lo normal.

Pero de repente, circulando en dirección contraria a gran velocidad y con las sirenas encendidas, aparecen 4 coches de policía y un furgón de los SWAT (con metralletas y uniforme de antidisturbios espeluznante incluidos), se bajan todos de los vehículos y se dirigen hacia la puerta del Mc Donalds de donde sacan del brazo a un señor de mediana edad, bien vestido con sus pantalones de pinza y su polo, y lo llevan hasta un taxi que está parado en la acera de enfrente donde el conductor esta gritando algo incomprensible para mi.

Desde luego la escena era de película de Hollywood pero por allí no había ninguna cámara. Yo, intentando digerir la experiencia, en ese momento pensé varias cosas. 1º ¿Cómo sabía toda esta gente que iba a pasar algo?, pero asumí que me había perdido la primera parte de la historia, y 2º ¿Tanto SWAT con metralleta y tanta sirena para aquel señor que ni siquiera puso resistencia?

Eso fue hace más de un año, y por aquel entonces la barrera que supone el idioma, me impidió enterarme de que es lo que había pasado. Además, en cuanto los chinos, o la policía ven que hay algún extranjero prestando atención a algún tipo de suceso, rápidamente empiezan a hacer aspavientos haciendo entender que allí no hay nada que ver y que es mejor que te marches, lo cual supone una fuerte contradicción con el grupo de chinos mirones que se encuentran alrededor.

Pero, desde aquel día aprendí, que siguiendo el sabio refranero español que dice que cuando el río suena agua lleva, aquí en China, cuando hay un grupo de más de tres chinos juntos es que algo pasa, seguro.

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