miércoles, 17 de diciembre de 2008

Pijamas de Calle

Una de las cosas que más me llamó la atención cuando llegué a Pekín fue ver como muchas de las vecinas de mi barrio bajaban a la calle o iban a hacer la compra al supermercado ataviadas con sus estupendos (y a menudo infantiles) pijamas de cama.

Tiempo después te acostumbras y puedes llegar a entender los motivos.

Sobretodo después de la hora china de la cena, a eso de las 7 o 7 y media, es costumbre, o por lo menos lo era, porque las costumbres en Pekín, como en tantas otras grandes ciudades del mundo se van perdiendo poco a poco, digo tradicionalmente después de la cena los chinos se enfundan en sus ropas de noche y salen a dar un paseo. Dicen que es muy sano, y yo supongo que será por aquello de ayudar a la digestión antes de meterse en la cama.

El caso es que a mi eso de salir a la calle a pasear con la misma ropa con la que te metes en la cama siempre me ha parecido algo antihigiénico, por los humos de los coches y demás, pero no quiero menospreciar una tradición semejante.

De hecho, muy cerca de mi casa hay un hospital, y a los enfermos a veces les dejan salir a pasear por los alrededores, y les ves dando vueltas por el barrio con sus pijamas de hospital sin ningún tipo de pudor. Es más, he llegado a ver a uno en la esquina del centro médico, con el gotero enganchado en la verja y acuclillado fumándose un cigarillo. Surrealista.

Un poco más allá del hospital hay un McDonalds. Al lado del recién restaurado establecimiento, que además ahora está abierto 24 horas, vive una señora mayor en un Hutong de los antiguos. Como muchas de estas casas tradicionales, la señora no tiene baño en casa, y muchas veces, sobre todo por la noche, ves como la abuelilla entra saludando al personal, en pijama por supuesto, y sube a hacer uso de los baños de la segunda planta del restaurante de comida rápida como si eso fuera lo más normal del mundo.

Hay que tener en cuenta que los adultos de la sociedad china, y digo adultos por que las nuevas generaciones son otro cantar, están acostumbrados a no tener ningún tipo de intimidad. En la época de Mao vivían en habitaciones asignadas por sus unidades de trabajo y compartían cocina y baño con el resto de los vecinos.

Aún hoy en los baños públicos de los Hutongs que no han sido renovados para los JJ.OO pueden verse las tazas turcas alineadas sin ningún tipo de puerta o separación entre si. En este tipo de aseos públicos la gente espera su turno de pie frente a otro que está acuclillado haciendo sus necesidades, o todos en fila charlan mientras vacían vientre o vejiga. Una estampa algo inquietante cuando lo ves por primera vez, o es más cuando eres tu la que estás agachada y una señora se te planta delante sin ningún tipo de pudor y te mira fijamente mientras terminas.

Con este tipo de situaciones es comprensible que salir a la calle en pijama no suponga nada de lo que avergonzarse o sorprenderse. Es una práctica común. Pero ahora resulta que un comité vecinal de Shanghai, que depende directamente del Partido Comunista ha tachado la práctica de “polución visual” e “incivilizada” por lo que la policía está intentando desalentar a la población a salir a la calle en pijama.

No tengo claro como pretenden que eso ocurra. Yo creo que la manera más fácil es dejar que pase el tiempo, ya que la mayoría de las personas que acostumbran a hacerlo son mayores, y los jóvenes no parece que estén siguiendo con esta tradición.

De cualquier manera, espero que no pretendan luchar contra esto como contra la costumbre de escupir en las calles de Pekín. Antes de los Juegos, impusieron multas de 50 euros para intentar que la gente no gorgojeara y escupiera en la calle, algo que espanta a los occidentales y lo único a lo que creo que nunca me acostumbraré en mi vida en China. Desde luego, meses después ni siquiera podría decir que la tendencia a escupir en la calle haya disminuido.

Lo del pijama me parece algo curioso, peculiar, y nada nocivo, así que no entiendo que quieran erradicarlo, aunque en el fondo, no creo que puedan.

lunes, 15 de diciembre de 2008

Divirtiéndose a costa del contribuyente chino

Para terminar con esta serie de retratos del panorama chino ante las crisis, hagamos un brevísimo resumen: Miles de trabajadores de todos los sectores afrontando despidos, millones de jóvenes recién licenciados sin poder incorporarse al mercado laboral, una clase media con ahorros intentando buscar nuevas posibilidades para invertir fuera del país, protestas de empleados a todos los niveles (desde policías, a profesores pasando por los sufridos trabajadores de las fábricas), un gobierno central nervioso por las posibles consecuencias de estas protestas... y ante este panorama ¿qué hacen los funcionarios chinos a la primera oportunidad que encuentran?

Se van de viaje de placer a EE.UU a gastarse dinero público, parapetados en la excusa "Examen de la historia estadounidense" o "Gerencia gubernamental honesta y limpia" como motivos de la visita oficial al país norteamericano.

Los 23 oficiales de la provincia de Wenzhou que asistieron a este viaje, gastaron casi 70.000 euros en habitaciones de 700 dólares la noche (unos 519 euros) en hoteles de Las Vegas, vistitas a dos playas de Hawai y un espectáculo pornográfico en San Francisco, durante las tres semanas de visita oficial programada.

Según la agencia china de noticias Xinhua, el grupo visitó casi una docena de ciudades, muchas más de las autorizadas, y dedicó sólo cinco días a negocios oficiales, muchos menos de los ordenados.

Todo esto habría quedado a la sombra, de no ser por el descuido de un agente de viajes que dejó olvidada una bolsa en el metro de Shanghai que contenía decenas de documentos, recibos y detalles del viaje, con el nombre de los funcionarios acompañados de entusiastas comentarios como "El guía hizo una labor excelente… incluyendo el espectáculo homosexual".

Esta fue la apreciación de uno de los participantes durante su escala en San Francisco, que junto al resto del contenido informativo de la bolsa ha sido publicado en Internet por un ciudadano chino que se identifica como un ingeniero de tecnología de la información. Este ingeniero debió encontrarse la bolsa en cuestión y no perdió tiempo en publicar y compartir en la red como despilfarran el dinero público sus corruptos líderes.

Y es que los chinos ya están acostumbrados (si es que a eso se puede acostumbrar uno) a dar por hecho que sus dirigentes políticos gastan dinero público en caprichos personales, pero a lo que no están acostumbrados es a enterarse de los escandalosos detalles, y menos por Internet.

Según Associated Press “La autenticidad de los documentos no pudo ser verificada independientemente y las llamadas telefónicas a la oficina del comité del Partido Comunista en Wenzhou no fueron contestadas.

Los medios informativos estatales indicaron que cuatro funcionarios de Wenzhou recibieron advertencias a causa del viaje, un leve castigo que parece reflejar la actitud laxa ante dichos abusos pese a las repetidas demandas de los dirigentes comunistas para que sea combatida la corrupción.”

Y es que los chinos, a pesar de la censura, están encontrando en Internet el medio para ponerle la cara colorada al Partido por su indeseada conducta, algo que no han podido hacer hasta ahora de ninguna otra manera.

Además, es comprensible que muchos ciudadanos al leer estás noticia, se sientan desamparados y traicionados por un gobierno que en vez de ayudar a la población en tiempos de crisis, se dedica a darse la juerga padre en hoteles de lujo y espectáculos pornográficos y viajes de placer gastándose en casinos (prohibidos en la China continental) dinero que sale de los bolsillos del pueblo, recaudado a través de sus impuestos.

Seguro que los ciudadanos de Wenzhou habrían hecho buen uso de ese dinero si de alguna manera, por ejemplo creando nuevos puestos de trabajo, hubiera revertido en ellos.

¿Y luego se preocupan de que la crisis pueda desarmonizar la sociedad? Yo desde luego no veo mucha armonía en un partido único que ni siquiera puede conseguir que sus empleados políticos no saquen los pies del plato.

viernes, 12 de diciembre de 2008

El swing del dragón

La crisis no sólo está dejando malparados, o mejor dicho, parados sin mas, a los numerosos trabajadores de las numerosas fábricas internacionales que alberga el territorio chino dedicadas a la exportación. Las últimas bajas de la crisis las están protagonizando las caddies de golf. Y digo “las”, por que en este país asiático, la mayoría son mujeres.

Para que os hagáis una idea de cómo son de mayoría os pondré un ejemplo. El Club Internacional de Golf de Nanshan, al este del país, se vanagloria de ser el mayor club de golf del mundo con 225 hoyos. Según explica ABC, en realidad se trata de la suma de 11 campos de 18 hoyos y uno de 27 que, en total, ocupan una superficie de 1,3 millones de metros cuadrados. El caso es que este inmenso campo de golf cuenta con 300 caddies, de los cuales sólo 10 son hombres.

Y digo que los caddies son la última baja de la guerra contra la crisis, porque el Misión Hills de Shenzhen (al sur, frente a Hong Kong), que también se jacta de ser el más grande del mundo (aunque “sólo” tiene 216 hoyos), ha decidido despedir a 2000 empleados (el 20% de su plantilla) según informa Bloomberg news.

Según marketwatch.com, este club es conocido por requerir a sus socios una sustanciosa cuenta corriente más que un handicap para poder pertenecer al exquisito campo de golf que cuenta con una casa club del tamaño de un aeropuerto.

Antes de los despidos, el lujoso club intentó subir un tercio las tarifas para hacerse miembro hasta situarlas en 1.68 millones de dólares Hongkoneses, unos 162,456 euros.

Al mirar estos precios también hay que tener en cuenta que el golf es un deporte de minorías en China, y que sus jugadores son los que más pagan por jugar de todo el mundo: unos 121 euros de media.

Pero es que según parece, apunta marketwatch, el reciente revés a la economía mundial significa que menos jugadores de golf pueden permitirse green fee, la tarifa de los buggy y sobretodo la tarifa de los caddies, que además aquí como poco se llevan de dos en dos por jugador.

Y todos estos descontentos caddies pueden sumarse ya a los desempleados de las fábricas, y formar con tantos otros, un peligroso colectivo para el gobierno ya que juntos pueden, potencialmente, provocar tensión social.

Pero la relación del régimen de Pekín con el golf nunca ha sido muy amistosa. El Partido tacha al deporte de burgués, insulto donde los haya, y por su lado los más de 400 campos del país se quejan de las altas tasas, el 22.5% de los ingresos, que deben pagar al estado.

Pero como muchas cosas en China, las reticencias del Gobierno Central para dar licencias para nuevos campos se superan pasando por los corruptos gobiernos locales, con menos escrúpulos y más visión en las ganancias.

Si tenemos en cuenta el bunker en el que se parece estar estancando el golf en este país, y contando con la reticencia del gobierno central a convertirlo en un deporte de masas, ahora mismo pueden ocurrir dos cosas muy diferentes: o bien los clubs bajan sus precios para ser más asequibles, si no a las hordas de chinos medios sí a los empobrecidos ricachones, o siguen los pasos de Japón en los años 90 cuando numerosos campos de golf se fueron a la quiebra después de la crisis que afectó al país durante años.

En cualquiera de los casos, parece que va a ser un duro torneo contra la adversidad y tras estas complicaciones y viéndose en el rough, el golf en China puede olvidarse de conquistar el país con un hoyo en uno. Aunque ya se sabe que la jugada no tiene porque terminar ahí y el sector podría remontar, volver a calle y terminar con un elegante eagle.

jueves, 11 de diciembre de 2008

Las oleadas de la crisis

Las consecuencias de la crisis económica están golpeando a China, y sobre todo a sus trabajadores. Con las exportaciones rozando el mínimo de los últimos 7 años, muchas empresas y fábricas están teniendo que cerrar y esto está suponiendo a su vez las quejas de los empleados.

El último ejemplo del descontento lo encontramos en Shanghai, donde cerca de 1000 trabajadores, principalmente mujeres jóvenes, han protagonizado protestas en las fábricas que las empleaban hasta ahora, exigiendo el pago atrasado de sus sueldos.

6 de las fábricas que han parado la producción, dejando colgados a sus trabajadores, han visto como en los últimos 3 días, estos se han plantado en sus puertas exigiendo sus escasos derechos.

Las fábricas en cuestión producen carcasas de portátiles e impresoras para multinacionales como Siemens o Sony, que debido a la ralentización de la economía a nivel global han tenido que hacer recorte drásticos para enfrentarse a la tan temida recesión.

A estos enfadados trabajadores les han prometido recolocarlos en otras fábricas del mismo sector, pero estos desconfiando de las melosas palabras que oyen les han contestado viniéndoles a decir algo así como “sí, muy bien, que nos recoloquen, pero primero que nos paguen lo que nos deben”.
Los trabajadores aseguran que en el segundo día de protestas la policía se ha llevado algunos detenidos, y que han sido amenazados por lo que el gobierno llama “crear problemas” desde que empezaron las sentadas. Y en los tiempos que corren algunos han podido grabar videos con sus teléfonos móviles para probar las escaramuzas con la policía.

A los cierres de fábricas se suma una directiva del Ministerio de Recursos humanos y seguridad social (o sea el Ministerio de Trabajo) que ha encomendado a los gobiernos locales la congelación de los salarios mínimos a partir del 1 de Diciembre.

Los salarios base en China están estipulados por los gobiernos locales y varían enormemente de región a región. El salario mínimo más alto es de 81 euros en Shenzhen, y el más bajo se cobra en la provincia de Jiangxi, unos 27 euros al mes.

Por otra parte la congelación de salarios puede ayudar a las empresas, pero no a la meta final del gobierno que es promover el consumo doméstico para estimular así la economía.

Y es que además de los despidos y cierres también los bajos sueldos, y muchas veces el impago de los mismos están llevando a los chinos a protestar.

El pasado día 2 de Diciembre 1000 profesores de la provincia de Hunan se declararon en huelga, acusando al gobierno local de haberse apropiado 400 millones de Yuanes (más de 44.5 millones de euros) destinados por el gobierno central a completar los bajos salarios del profesorado durante los pasados 10 años.

Y en China las protestas tienden a expandirse, exportándose a otras provincias. Ocurrió el año pasado con las protestas tibetanas, ha ocurrido hace poco con la huelga de los taxistas y está ocurriendo ahora con las fábricas y el profesorado.

A los profesores el gobierno les prometió destinar más dinero a la educación, y durante años han visto como su precaria situación sigue igual. Y la gente, incluso los pacientes chinos, se cansa de promesas incumplidas.

El problema es que todo esto, las protestas, las huelgas, siempre están sobrevoladas por la tan conocida y a menudo denunciada corrupción de los gobiernos locales y la brutalidad policial.

¿Pero que pasa cuando las medidas restrictivas también afectan a los peones del gobierno? Son los policías los que normalmente se encargan de mantener a raya a los ciudadanos y que no protesten en exceso, deteniendo, amenazando, dispersando o intimidando a los manifestantes.

Pero ahora lo que hace y deshace el gobierno también les está afectando a ellos y esto ha llevado a que ellos mismos se sumen a las protestas.

También en la provincia de Hunan, y un día después de que se hiciera efectiva la congelación de sueldos básicos, más de 100 policías tomaron el control del edifico gubernamental de la ciudad de Laiyang durante tres horas, exigiendo una subida de sus sueldos. En esta ciudad, los asistentes de policía ganan 72 euros al mes y un oficial de policía dos tercios del sueldo del mismo oficial en la capital de la provincia.

Cierres de fábricas, protestas generales, acusaciones de brutalidad policial y corrupción de gobiernos locales, precios al alza y bajos salarios: Peligrosa mezcla a la que se enfrenta ahora mismo el gobierno Chino que además está entre dos aguas.

Por un lado se ven presionados por las empresas que necesitan mejorar sus condiciones para pasar la crisis y mantener la economía a flote, y por otro lado, el gobierno tiene que lidiar con las quejas legítimas de los trabajadores que no quieren pagar por las comodidades económicas en tiempos de crisis de sus empleadores.

Y es que el gobierno comunista, digo socialista con características chinas, está viendo complicado eso de navegar en las aguas de una crisis 100% capitalista.

Difícil solución tiene un tema que puede acabar o con la economía del país o con la armonía de su sociedad. Habrá que ver si consiguen, como bien dijo Aristóteles, encontrar la virtud, o en este caso el equilibrio, en el punto medio.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Ganga Yankee

La gente se está haciendo poco a poco más rica en china… y si no rica, digamos pudiente.

Miles de chinos van engrosando cada día la lista de “nuevos pertenecientes a la clase media”, y es más, según Boston Consulting Group, en 2007 en China había un total de 391.000 millonarios, frente a los 310.000 de un año antes.

Si mezclamos esto con la apreciación del yuan y con una reciente moderación en los requisitos para obtener un visado para viajar a EE.UU, y los problemas que está atravesando el sector de la vivienda, obtenemos la siguiente noticia:

Turismo Inmobiliario Chino arrasa en EE.UU

Y es que ahora mismo el yuan está muy fuerte con respecto a las otras dos monedas de referencia, el Dólar y el Euro. El año pasado por cada 100 euros te daban unos 1250 yuanes. A día de hoy sólo te dan 888 yuanes por cada 100 euros. Por 100 dólares sólo consigues 686 yuanes. Y para acabar de rematar el ejemplo, al cambio, 100 euros son 129 dólares.

El caso es que los estadounidenses han estado presionando durante meses para que China apreciara su moneda, que la semana pasada en contraste ha visto una pequeña depreciación. Pero a los chinos sin embargo lo que les interesa es que el precio de su moneda baje para poder contrarrestar así el desastre que se cierne sobre las exportaciones del país, que han sido hasta ahora pilar básico de la economía de esta nación asiática, y que se está debilitando, entre otras razones, por el alto valor de la moneda y la escasa capacidad adquisitiva de los países hasta ahora clientes y desde ahora en recesión económica. Si no hay quien compre, no se puede exportar.

Por otro lado los EE.UU estarían encantados de que el Yuan siguiera subiendo (como está sucediendo últimamente) en vez de bajar, porque así habría una posibilidad de que cambiaran las tornas y que la potencia americana tuviera la oportunidad de empezar a exportar a un mercado de 1300 millones de consumidores potenciales, en vez de a importar sus productos hasta ahora baratos.

Pero en mi opinión Pekín no va a dejar que esto ocurra. Siempre será preferible, para una nación en desarrollo como esta, seguir teniendo un cambio favorable para la exportación, lo que crea miles de puestos de trabajo en fábricas y para trabajadores de cuello azul (que son la mayoría en China), es preferible esto digo, a tener una moneda fuerte y poder comprar productos importados.

Pero volviendo al turismo inmobiliario: lo cierto es que ahora mismo los yuanes valen más dólares que antes, y el mercado de la vivienda estadounidense está por los suelos. En la zona de California los precios han caído un 40% y esto lo está convirtiendo en un destino perfecto para los Chinos que con valiosos yuanes (y no olvidemos, cultura del ahorro) están decidiendo viajar a Estados Unidos en busca de gangas inmobiliarias para invertir sus apreciadas reservas monetarias.

Según Los Ángeles Times “Con los precios de las casas desplomándose en Estados Unidos, los viajes para comprar propiedades en América se están volviendo los paquetes más populares de los tour operadores chinos”.

Según la explicación del responsable de la oficina en Pekín de de Los Angeles Convention and Visitors Bureau en declaraciones a China Daily, “Antes era algo bastante privado, algo entre amigos. Ahora es enorme.”

Y es que los chinos se están organizando. Lo extraño del asunto no es que los chinos (residentes en EE.UU) compren propiedades en el país americano, esto ha estado ocurriendo desde hace años. Según Los Angeles Times, lo curioso ahora es que son los chinos residentes en China, los que se organizan para ir de viaje exclusivamente a comprar casas.

Que se descuiden los norteamericanos, que cuando se quieran dar cuenta van a vivir en Chinafornia… y luego que hablen del Bronx y los guetos…

Y es que ya se sabe… a río revuelto… ganancia de chinos ricos.

martes, 9 de diciembre de 2008

Ya me he graduado… ¿y ahora qué?

La creciente clase media china es una realidad que ha hinchado las esperanzas de muchos… todos quieren formar parte del nuevo estrato social. Por ello muchas familias han invertido, con mucho esfuerzo, en la educación de sus hijos, pensando que ser graduados universitarios les ayudaría a subir un paso más en la escala, abriéndoles un futuro más brillante y estable frente a ellos.

Este año China ha visto graduarse a 6 millones de estudiantes. Son en este aspecto una generación revolucionaria. A diferencia de ellos, los padres de estos universitarios no tuvieron opción de elegir. En su época y hasta 1981, el gobierno asignaba los trabajos de los ciudadanos sin que importara las aspiraciones o motivaciones individuales de cada uno. Hoy en día no es así, al menos en parte.

Los jóvenes de hoy pueden elegir acceder a la educación superior, aunque si no consiguen la nota suficiente para la carrera elegida, será el gobierno el que le recoloque en cualquier provincia del país, para cursar cualquier tipo de estudios. Esto significa que alguien que haya optado para estudiar Ingeniería química en Pekín, puede acabar, si no llega a la nota de corte, estudiando Historía del Arte en Guangzhou, sin ninguna opción para cambiar su suerte.

Según una de mis amigas chinas, esta es una de las principales razones por las que muchos estudiantes chinos empiezan a perder el interés y a suspender cuando llegan a su vida de universitarios.

Sea como fuere, estos estudiantes llegan a graduarse un día. Y aquí está el problema. Según el Profesor Yang Dongping, del Instituto tecnológico de Pekín “El número de graduados universitarios aumenta demasiado deprisa. En 2006 ya había 5 veces más que en 1999.” Y sigue aumentando, pero el mercado laboral no puede absorberlos al mismo ritmo.

Los estudiantes chinos están cada vez más y mejor educados, pero por el contrario no se crean los puestos adecuados y necesarios para estos recién graduados con grandes aspiraciones a trabajos cualificados y salarios altos.

Según The Guardian, los datos oficiales aseguran que 4 millones de estudiantes graduados en los últimos años todavía están esperando a encontrar su primer trabajo. Aunque el diario británico también advierte que los datos reales pueden ser más altos, ya que el sistema se fía de las cifras ofrecidas por las universidades, a las que les interesa mostrar que sus estudiantes encuentran trabajo fácilmente.

Y ahora bien, la crisis mundial no va a hacer más que empeorar este problema, y esto se ha podido ver en la última feria del trabajo en Pekín. 10 mil estudiantes y recién graduados universitarios han asistido a la feria para intentar encontrar un empleo y muchos de ellos se han visto frente a una masa ingente de competidores y han tenido que rebajar sus baremos en cuanto a la remuneración o la capacidad del trabajo en cuestión para satisfacer sus expectativas laborales y de esta manera intentar optar a un puesto, que no siempre llega.

Más de una cuarta parte de los 6 millones de licenciados el pasado mayo aún no han encontrado trabajo y es que con las dificultades que resultan de la crisis, muchas empresas han decidido reducir el número de empleados y no realizar nuevas contrataciones.

Uno de los entrevistados por The Guardian afirma que tras enviar 60 Currículums a diferentes compañías, solo ha recibido 10 contestaciones y ninguna oferta. Otra está dispuesta a trabajar por 1000 Yuanes (en vez de los 2000 o 3000 que esperaba ganar en su primer empleo). Muchos de estos estudiantes tienen familias campesinas a las que mantener o créditos estudiantiles que pagar.

Esta dificultad para incorporarse al mercado laboral después de haber pasado por la universidad, que muchos pensaban que era el paso mágico que les iba a facilitar la entrada, ha hecho que el pasado mes de Noviembre un número record de candidatos, tantos como 775.000 se hayan presentado a las oposiciones para optar a un puesto como funcionario público del gobierno.


Esto supone 130.000 aspirantes más que el año anterior, para sólo 13.500 puestos. Pero un sueldo asegurado y numerosas prestaciones sociales se presentan como una oportunidad sin igual para este colectivo de recién graduados que han visto como la gloria al final de su camino no acababa donde ellos esperaban, en la graduación, si no que el camino es mucho más largo y tortuoso.


Y sin duda han descubierto también que en los tiempos que corren la competencia va a ser feroz en la verdadera carrera que es la que ahora tienen que empezar.

Graduados, listos… ¡Ya!

lunes, 8 de diciembre de 2008

Panorama Chino

El tema se esta complicando en el país asiático. El gobierno se está mordiendo las uñas pensando en la previsión de los expertos, que auguran un 7.5% de crecimiento del PIB para el año próximo, en mayúsculo contraste con los años pasados en el que su crecimiento se contaba en dobles dígitos.

Frente a lo que se pueda pensar, al compararlo con las cifras que aporten otras economías mundiales (ya se sabe que las comparaciones son odiosas), para China un crecimiento menor al 8% es un desastre además de un peligro.

Después de 30 años de apertura y reformas económicas, China puede vanagloriarse de haber sacado de la pobreza a más de 200 millones de almas. Pero para conservar ese ritmo necesita un crecimiento superior al ya famoso número mágico chino: el 8.

Si no, se enfrentan a (aun más) cierres masivos de fábricas, millones de trabajadores parados y preocupados por volver a la pobreza y con ello un descontento general que podría llevar a revueltas que el gobierno no se pueden permitir… en pocas palabras ir hacia atrás como los cangrejos, o de una manera más técnica, hacía la recesión, aunque resulte contradictorio hablar de una recesión con un crecimiento tan increíble como el 7.5%, pero ya se sabe que China es especial.

Precisamente para intentar paliar los efectos del desastre han aprobado un paquete de 586.000 millones de dólares para estimular la economía, que va a emplearse principalmente en la construcción de infraestructuras, viviendas de bajo coste y sanidad pública. Como añadido a estas medidas, el gobierno ha efectuado otro recorte de tipos de interés, que ya supone el cuarto desde mediados del mes de Septiembre.

China está en una situación complicada y no todos los colectivos están reaccionando de la misma manera. Por ello en los próximos días quiero mostrar, en breves pinceladas, las distintas visiones ante la crisis a este lado del mundo.

Manténganse a la espera.

viernes, 5 de diciembre de 2008

Un nombre para la torre

Es curioso como es de importante para los chinos el nombre que le dan a las cosas.

Como siempre, el tema tiene algo de superstición: la cultura de este pueblo asiático alberga la creencia que el nombre que le den a un niño recién nacido puede augurarle un buen futuro y su nombre propio puede hacerle la vida más fácil y auspiciosa.

Precisamente por esto no es de extrañar las vueltas que le están dando a la elección del nombre que se le pondrá al nuevo edificio de la CCTV.




Su construcción comenzó en 2004 y se esperaba que el edificio estuviese terminado para el verano de 2008 y que la televisión nacional pudiera emitir su seguimiento de los Juegos Olímpicos de Pekín desde su nuevo y flamante edificio.

Pero no pudo ser, y para algo tan chino como guardar las apariencias, decidieron terminar toda la fachada y retirar todas las grúas para el evento deportivo, y los presentadores de la CCTV se tuvieron que conformar con tener una foto o un vídeo de la vista del edificio de fondo, que además estaba completamente vacío por dentro. En lo que, bien visto, podría ser una gran alusión a los cambios superficiales del gobierno chino de cara a su presentación en sociedad… pero ese es otro tema.

El caso es que las obras se han reanudado tras el verano y se espera que el próximo cuartel general de la CCTV esté listo en algún momento del año que viene. He de decir que deben estar esperándolo como agua de Mayo, porque yo he podido visitar por dentro el actual edificio de la televisión nacional, que data de 1987 y la verdad es que da una sensación fría y una impresión anticuada impersonal y desoladora… puramente comunista.

El caso es que mientras se terminan las obras, ya han empezado a barajar posibles buenos nombres para la torre.

Según el blog de Dan Wei entre los posibles nombres oficiales propuestos en los foros de Internet de la propia cadena están:

Puerta de la Armonía (和谐之门)
Geometría Feliz (幸福几何)
Nuevo Ángulo (新视角)
Gran Puerta de la Felicidad (幸运大门)
O una de las más valoradas, Ventana del conocimiento (智窗 ZhiChuang)

Según los internautas las razones principales para elegir “Ventana del Conocimiento” como nombre oficial para el edificio son:

1. La CCTV es la televisión nacional, lo que la convierte en una ventana para la emisión de información de conocimiento.

2. La parte central del edificio con forma poligonal le da la apariencia de una ventana gigante.

3. Y por último, de manera menos afortunada y algo que siempre puede suceder cuando juegas con un idioma como el mandarín, resulta que Zhichuang como “Ventana del Conocimiento” es homófona con otra Zhichuang (痔疮) que significa hemorroides.

Y hemorroides viene al caso, porque, fíjate tu que coincidencia, el nombre popular por el que ya se conoce a la nueva torre de la CCTV es “Grandes Pantalones” porque hay quien dice que el edificio se asemeja a una persona en cuclillas con los pantalones bajados.

En esta misma línea un diario de Shanghai ha aprovechado para mofarse de la nueva adquisición arquitectónica de la ciudad del norte.



Y es que los shanghaineses y los pekineses tienen cierta rivalidad entre ellos, la acostumbrada entre la capital y la segunda ciudad más importante de un país, acentuada además por las diferencias que los chinos ven entre las poblaciones del norte y del sur. Los pekineses llaman a los shanghaineses afeminados, porque comen menos carne y más verduras, porque su acento es más suave y porque en el sur es costumbre que el hombre cocine y ayude en las tareas del hogar.

Además Shanghai con su futurista Skyline siempre se ríe de las aspiraciones de Pekín de reformar el suyo propio para volver la ciudad imperial también más moderna.


Desde luego no se al final con que nombre oficial le darán al edificio, pero sabiendo como tienden a enquistarse los nombres populares, yo apuesto porque sea cual sea el verdadero, la torre será, desde ahora y por siempre, conocida como “Grandes Pantalones” o en el peor de los casos “Pantalón con hemorroides” en honor a la falta del disgusto chino por las alusiones escatológicas.


En cualquier caso, ¿habrán pensado dos veces si las hemorroides podrán traer dicha, suerte y armonía a la ciudad? Curiosa paradoja.

Loca Academia de (Ciber) Policía

China está entrenado una nueva categoría de policías: los Ciberpolicías.

Esta nueva fuerza de la ley tendrá que tener una educación y entrenamiento previo, como los demás. Y aquí llega la pregunta del millón planteada por Chinadigitaltimes.com (que he podido leer esta semana gracias al nuevo descubrimiento de un Proxy que todavía funciona… pero shhh!... no lo digáis muy alto, no nos vayan a oir y se nos vuelva a acabar el chollo).

La pregunta en cuestión es: ¿Dónde se entrena a la Ciberpolicía China? Pues según el diario online en una academia, como los demás. La noticia asegura haber encontrado la respuesta en inetcop.com.cn y traduce un aviso de Xiamen Meiah Pico IT CO.Ltd. según el cual:

“El 30 de Julio de 2004, el Ministerio de Seguridad Pública aprobó de manera oficial la autorización para a creación del “Programa para el entrenamiento de la ciberpolicía nacional”, que contará con las habilidades técnicas de la compañía, sus recursos de formación y sus experiencia en el área para proveer de el entrenamiento necesario y relativo al campo de supervisión en Internet del Departamento de Seguridad de la Información Pública en Internet del Ministerio de Seguridad Pública.

Hasta Diciembre de 2005 las bases de entrenamiento no solo han completado más de una docena de cursos de formación y adquisición de habilidades, sino que también han instaurado hasta 70 clases extra de distintos niveles: principiante, intermedio y avanzado, en lo relativo a la monitorización de la seguridad en Internet y la investigación de ordenadores para comprobar su certificación. Esto ha provisto de el entrenamiento adecuado a más de 3000 policías del Ministerio de Seguridad Pública”

Pero, me pregunto yo, ¿tendrán que hacer pruebas físicas y prácticas de tiro en esta ciberacademia?, o los exámenes constarán de pruebas como:

1. Consiga que 100 bloggers no puedan colgar contenido en su página durante 10 días.
2. Elimine información subversiva de, al menos, 15 páginas web.
3. (y para matrícula) censure 5 medios cuyas piezas informativas no estén en la línea aceptada por el régimen.

Lo curioso y preocupante de esto es que la información de la empresa encargada del entrenamiento de la ciberpolicía sigue así:

“Además, en Noviembre de 2005, el Ministerio de Seguridad Pública se encargó por primera vez de un proyecto de ayuda extranjera que completará su misión proveyendo de entrenamiento en investigación de ordenadores para su certificación a la policía de Bangladesh. Este fue su primer paso en la internacionalización de este tipo de programas de entrenamiento.”

Y concluye con un número de contacto, un fax, una dirección de correo y un e-mail.

Si ya es preocupante el hecho de que la Ciberpolicía sea un cuerpo totalmente integrado en las fuerzas del estado, es más preocupante todavía que ya estén exportando la idea a otros países para que también ellos espíen a sus ciudadanos. En el fondo es como si dejáramos al gobierno leer nuestro correo, escuchar nuestras conversaciones telefónicas y colocar cámaras y micrófonos en nuestras casas. O peor, que hicieran todo eso sin permiso.

Pero todavía hay más. Hoy el británico The Guardian publicaba una alarmante noticia: China está obligando a sus cibercafés a sustituir sus sistemas operativos -muchos de ellos Windows, de Microsoft- por otro llamado "Linux Bandera Roja" y fabricado en el país asiático.

Según EFE El Linux Bandera Roja fue desarrollado desde 1999 por la Academia China de Ciencias, el principal organismo de investigación estatal del país asiático, y aunque en teoría su instalación en los ordenadores es gratuita, el gobierno local está cobrando a los cibercafés unos 5.000 yuanes (unos 720 dólares o 570 euros).

Según las autoridades, la medida sirve para acabar con el uso de copias piratas de Microsoft en los establecimientos públicos, pero los dueños de los cibercafés se quejaron a la prensa de que algunos de ellos usaban una versión legal de Windows y aun con todo se les obligó a sustituirla por el Linux chino.

The Guardian aventura que este es un paso más en los intentos del Gobierno de espiar a sus usuarios… ¿o será que lo que pretenden es además facilitarle las prácticas a los miles de ciberpolicías recién licenciados?

EFE completa su información sobre el tema comentado que no hace mucho, la instalación de cámaras y escáneres para la identificación de usuarios en muchos cibercafés de todo el país ha generado igualmente malestar entre los clientes de esos locales, así como de sus dueños, que han tenido que gastar una alta suma de dinero en instalar estas tecnologías por orden gubernamental.

Sea como fuere, todas estas prácticas son un atentado contra la intimidad de los individuos y por extensión de los derechos humanos. Pero este tipo de intromisiones es ahora posible en países como China o Bangladesh en el que sus ciudadanos no están tan alerta de este tipo de restricciones.

Puede ser que con el tiempo también llegue hasta Europa, pero como en los EE.UU, tendrá que ser aplicado a partir de una excusa inexcusable, como, por ejemplo, la lucha contra el terrorismo. Pero sinceramente, no dudo que vaya a llegar.

Y como sigamos por este camino, también llegará el día en que le cuente a mis nietos los días de los principios de Internet: “¡Ay, niños! Me acuerdo yo de mis años mozos, cuando Internet era estandarte de la libertad de expresión y estaba libre de censura y de espías gubernamentales, nadie nos controlaba y podíamos decir lo que quisiéramos desde dónde quisiéramos anónimamente y sin miedo a ser perseguidos…” y ellos se reirán de mi, y lo escucharán como una pura batallita fantástica e imposible.

Pero visto lo visto, el Gran Hermano ya está aquí, y desgraciadamente ha llegado para quedarse.

martes, 2 de diciembre de 2008

Avalanchas Humanas

El año pasado cubrí una noticia que me dejó bastante sorprendida.


Un Carrefour de Chongqing, en el centro del país, sacó una oferta de tres días en las botellas de aceite vegetal, que suponía un ahorro de 11 Yuanes a su comprador (poco más de un euro).


Con motivo de la oferta, cientos de personas se agolparon a las puertas del hipermercado y al entrar atropelladamente en el local, las prisas se convirtieron en una estampida que se saldó con 3 muertos y 31 heridos.


A partir del incidente el gobierno prohibió a nivel nacional las ofertas de tiempo limitado, p ara evitar futuras situaciones similares.


La noticia me asustó, pensando lo que una masa de chinos es capaz de hacer por un descuento de un euro. No porque sean chinos, si no por la evidente necesidad.


Además hay que contar con que en este país su descomunal población se las tiene que arreglar como puede para conseguir llegar antes que los demás, da igual que sea para la compra de un billete de tren, que para un litro de aceite. Las cosas son limitadas y aquí son muchos. O te espabilas o te quedas sin ello.


Por eso intentan colarse en todas las colas posibles, desde el metro hasta el súper, y por eso son necesarias las campañas de concienciación para que respeten los turnos, que se han puesto en marcha desde el gobierno hace más de un año ya.


Pero hoy, un año después me he asustado aún más, al ver que al otro lado del planeta, y en la supuesta primera potencia mundial, una oferta también puede matar.


Según me contaba un amigo americano el otro día, el día después de la tradicional cena de Acción de Gracias, es cuando los estadounidenses empiezan a hacer sus compras compulsivas de navidad, y además ese día sirve como baremo de cómo irán las ventas de ese año.


Pues la semana pasada, justo el Viernes (el Jueves fue Acción de gracias) una tienda de la conocida cadena Wal Mart situada en Long Island abrió sus puertas temprano, ofreciendo descuentos descomunales en sus productos.


¿Que pasó? Que los ciudadanos, afectados por las crisis más que nunca supongo yo, se apresuraron a encontrar las mejores gangas arrasando las puertas del local y tirando al suelo a uno de los trabajadores del supermercado que murió a causa de las contusiones y el pisoteo.


Pero visto con perspectiva, en el fondo me asusta más el caso americano que el chino, porque el primer incidente es fruto de la necesidad, el segundo de un recorte de posibilidades en una masa aborregada y educada en la cultura del consumismo exacerbado. O en otras palabras, y generalizando, los chinos son pobres, los estadounidenses yonkies de las compras sin suficiente dinero para la dosis.


En cualquiera de los casos, es preocupante ver como seres supuestamente racionales como es nuestra raza, puede deshumanizarse hasta el punto de convertirse en una manada de Ñus asustados y a todos los efectos mortales (y si no recordad como muere el padre de Simba en El Rey León).


Y es que el ser humano deja de serlo cuando se convierte en masa. Y ya se sabe que las masas son estúpidas… y visto está que peligrosas.



lunes, 1 de diciembre de 2008

El SIDA en China


Hoy es el día mundial de la lucha contra el SIDA.
Y China también está poniendo de su parte en la lucha.
El VIH/SIDA sigue siendo un tabú en el país asiático, lo que según fuentes oficiales está dificultando la prevención y control de la enfermedad.

El Ministerio de Salud Pública de China reconoció el domingo oficialmente que un total de 264.302 personas contrajeron el VIH en el país hasta finales de septiembre de 2008, entre los que se incluyen 77.753 enfermos de SIDA. También reveló que el total de personas fallecidas a consecuencia del SIDA hasta la misma fecha ascendía a 34.864 personas.






Hasta el momento, en China el SIDA se ha relacionado con drogadictos, homosexuales, prostitutas y víctimas de conspiraciones sin escrúpulos para la compra de sangre durante los 90.

Pero actualmente una de las grandes preocupaciones del país es el potencial de que la enfermedad se propague con más facilidad entre los casi 200 millones de trabajadores migratorios que se encargan de llevar a cabo la rápida expansión económica del país.

Según Reuters son un colectivo que está largas temporadas fuera de casa, aburridos y que con algo de dinero en los bolsillos se lo gastan en servicios de prostitución sin usar anticonceptivos, lo que les convierte en un caldo de cultivo para la contracción y transmisión del virus.

El desconocimiento y la desinformación es el otro gran enemigo del combate contra el SIDA: En un sondeo reciente, casi la mitad de los encuestados en seis ciudades diferentes pensaban que podían contraer el virus a través de la picadura de un mosquito, y casi 1 de cada 5 creían estar en riesgo si un seropositivo estornudaba o tosía cerca de ellos.

Cerca de 4 de cada 5 nunca han buscado información sobre VIH/SIDA; 2 de cada 3 se negarían a vivir en la misma casa que un infectado por el virus; y casi la mitad se negaría a sentarse a comer con uno de estos enfermos.

A esto hay que añadir que desde 1988 los enfermos de VIH/SIDA tenían la entrada prohibida en China. Según otras fuentes, este país no reconoció tener casos de afectados de VIH hasta el año 2003, y hasta entonces y durante años, atribuyó la presencia de la enfermedad en el país a la llegada de enfermos desde el exterior. A día de hoy todavía obliga a los extranjeros que viven en el país a demostrar que no portan el virus.

Y por supuesto el miedo a la discriminación también juega su papel. Temen ser despreciados por sus compañeros de trabajo y despedidos por dar positivo en el test, por eso muchos se niegan a hacerse la prueba. En el marco de una campaña de concienciación, el primer ministro de China, Wen Jiabao, visitó durante el fin de semana a gente infectada con el VIH/SIDA y agradeció al personal encargado de atenderlos en la provincia de Anhui, al este del país.









El querido vicepresidente, al que se le conoce por su cercanía con el pueblo (sea o no una estrategia de relaciones públicas) afirmó que los medicamentos antivirales deben incluirse en el catálogo básico de medicinas del país, y que "Donde existe vida hay esperanza. Todos nosotros nos preocupamos por ustedes. Su prioridad es recibir el tratamiento y la medicación".

Además, ayer durante un acto en el estadio nacional El Nido, se colgó un lazo rojo gigante, símbolo del compromiso del país con la causa.





Como en otros muchos aspectos, China tiene un largo camino por delante. Pero si se siguen tomando las medidas adecuadas, este país también podrá aportar su granito de arena a la lucha contra una de las grandes y más mortíferas enfermedades de esta era.

El primer paso, como siempre, debe ser la información.