sábado, 24 de enero de 2009

春节快乐!Feliz año nuevo!

Festival de la Primavera

En China el llamado Festival de la Primavera (春节, Chun Jie), o Año Nuevo chino, es la celebración más importante de todo el año. Se celebra el comienzo del nuevo año lunar, que varía de unos años a otros. En 2009 la “nochevieja” china tendrá lugar la noche de mañana Domingo 25 al Lunes 26 de Enero. Y con ello, comenzará el año 4706 según su calendario.


¡Adiós al año de la rata y feliz año del Buey!

Según la leyenda, Buda llamó a los animales para celebrar con ellos año nuevo. A la llamada se presentaron 12: La rata, el buey, el tigre, la liebre, el dragón, la serpiente, el caballo, el carnero, el mono, el gallo, el perro y el cerdo. En su honor, Buda les concedió a cada uno un año.


Por este motivo los chinos tienen ciclos de 12 años. Este que termina ha sido el año de la rata, (con el que ha comenzado un nuevo ciclo) y el nuevo que entra será el año del Buey. Es tradición que la gente que haya nacido en el año del animal en curso, lleve durante los 12 meses, y sin quitárselo, un cordón rojo para evitar la mala suerte. (Yo que soy rata, por mal que suene eso, he llevado todo el año un cordón rojo en mi tobillo, que por fín, mañana me podré quitar)


¿Cómo Celebren los Chinos su nochevieja?

La víspera de año nuevo es necesario juntarse con la familia, para degustar un banquete, beber alcohol y pasar la velada todos juntos. Por ello los chinos que viven fuera de sus lugares natales, deben regresar en estos días al hogar familiar para visitar a parientes y amigos. Lo que cada año colapsa las estaciones de trenes durante días con millones de personas que afrontan viajes de más de 16 horas en tren para llegar a sus ciudades de origen.


Hay que tener en cuenta que este es el mayor desplazamiento migratorio anual de todo el mundo. Por ejemplo en 2007, cuando la fiesta cayó en 18 de Febrero, el periodo migratorio se considera desde el 23 de Enero hasta el 2 de Marzo, y durante ese tiempo se contabilizaron 1.786 millones de desplazamientos.


Una vez en casa, la cena para despedir el año es una de las cosas más importantes que hay que preparar, y su infinidad de platos están llenos de simbolismo.


En la cena no debe faltar pollo, pescado y tofu, ya que su pronunciación en mandarín (ji, yu, doufu) se asemeja a la de auspicio, abundancia y riqueza, lo que augura un buen año. Pero tampoco faltarán carne, pato, dulces, frutos secos y fruta, especialmente naranjas y mandarinas, que se regalan en cestas, porque representan la suerte y la prosperidad.


El año pasado tuve la oportunidad de pasar la cena del último día del año con una familia china y algunos amigos en un pequeño pueblo de los suburbios de Pekín en las faldas de la Gran Muralla.


La cena fue típicamente china con todos los platos e ingredientes necesarios para augurarnos un buen año.





Cuando llegamos la mesa ya estaba puesta, y como manda la tradición, antes de sentarnos a cenar nos llenaron, como buenos anfitriones, unos cuencos (que yo en mi casa utilizaría para tomar cereales) con cerveza hasta arriba, para ir entonando. El caso es que yo tenía entendido que eso se hacía con Baijiu (el orujo chino) pero debieron pensar que como extranjeros éramos un poco flojos y se decantaron por la cerveza. Cosa que agradecimos enormemente.





Una vez sentados en la mesa, no dejaron de llegar más platos: pollo, pescado, gambas…







Tras la cena las familias esperan despiertas el año nuevo, y a las 12 salen a la calle a recibirlo tirando petardos.


Como los chinos cenan bastante pronto, entre la cena y los petardos, muchos aprovechan para hacer los típicos Jiaozi, o empanadillas chinas. El proceso parece fácil, pero técnica y muchos años de práctica son más que necesarios para que tu Jiaozi no parezca un churro.


Se corta la masa en trocitos:





Se aplasta:





Se rellena de una pasta hecha con verduras y carne







Y ahora viene lo difícil… se cierra







Y se coloca junto a los demás.








Al día siguiente desayunamos los duramente hechos Jiaozi cocidos:





Y los comimos fritos:





El día siguiente es tradición visitar a los parientes de mayor edad y esperar en casa a que otros familiares vengan también de visita, para ofrecerles los dulces típicos de esta época.


Como en toda buena celebración los niños son los que más suerte tienen, y en China no es distinto. La mañana de año nuevo, los niños reciben dinero dentro de sobres de papel rojo (los 红包 hong bao, como también y por extensión se llama a los sobornos). A los niños se les da dinero por que de esta manera se cree que se evita que les ocurran cosas malas, y los sobres son de color rojo, como el fuego, para ahuyentar a los malos espíritus. Los padres son los primeros en entregar los sobres, o bien por la mañana o bien los colocan bajo la almohada durante la noche. Después, durante el día, abuelos y tíos también les darán sus sobres a los más pequeños.





Contando con la conocida superstición de los chinos, hay que dar por hecho que durante el último y el primer día del año hay que evitar determinados comportamientos para no alejar la buena suerte, tales como lavar la ropa, los platos o barrer el suelo. La tradición tampoco aconseja lavarse el pelo esos dos días o manejar objetos cortantes o punzantes. Y sobre todo no se debe hablar sobre enfermedad o muerte.


Decoración y petardos

El carácter de la felicidad, “Fu” en chino, es imprescindible en las puertas de todas las casas. En muchas de ellas, se coloca el carácter al revés para atraer la suerte, por que llegar y volcar en chino se pronuncia “dao” por lo cual la creencia es que al volcar el carácter haces que la felicidad llegue a tu hogar.





Con la misma intención, se pegan en las ventanas recortes de papel rojo y se colocan carteles también de color rojo con inscripciones de caligrafía negra a los lados de las puertas.


Todo esto por supuesto aderezado con el estallido constante de miles de petardos desde tempranas horas del día hasta altas horas de la noche, ininterrumpidamente durante aproximadamente 7 días.


La leyenda habla de un animal caníbal de nombre “Nian” que venía en año nuevo a devorar a los hombres. Para ahuyentarlo, se echaba bambú al fuego, que al quemarse chasqueaba y asustaba al animal.


Del bambú pasaron a los petardos, pero las autoridades los prohibieron en el centro de Pekín durante 12 años para prevenir accidentes y la polución correspondiente. Sin embargo en 2005 se volvieron a permitir, y los Pekineses han recuperado la tradición con tantas ganas, que el ruido ensordecedor de los petardos inunda la ciudad durante toda la festividad mientras las alarmas de los coches les hacen los coros. Y es que algo curioso sobre los petardos, es que les gusta encenderlos cerca de los coches lo que hace que salten todas las alarmas. Como consecuencia de ello al día siguiente muchos coches no pueden arrancar por falta de batería.


Otra manera de celebración es la danza del Dragón, más popular en el sur del país donde se supone que el frío no es tan intenso, lo que permite los eventos callejeros. Los chinos elaboran dragones hechos de papel, seda y bambú y representan un baile. El animal elegido para ello es el dragón porque simboliza la fuerza, la buena fortuna, la sabiduría la longevidad y la nobleza. Aquí en Pekín, llevamos una semana a una media de -7º así que esta manera de celebrar es poco aconsejable.


Pero en la capital sí organizan ferias en algunos de los parques de la ciudad. Una concentración festiva muy colorida y pintoresca que merece la pena visitar.


Durante los días que vienen intentaré acercarme a los parques y lugares típicos de celebración para intentar acercaros un poco al ambiente festivo que están viviendo, ya desde hoy más de 1300 millones de personas.


Y como dirían los chinos 恭喜发财 (Gong XI Fa Cai) ¡Feliz y próspero año nuevo!



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