miércoles, 29 de octubre de 2008

Hace frío y yo no me río

Pekín ha amanecido hoy con un día completamente invernal, y es que eso sería lo normal un 28 de Octubre. Y digo sería lo normal, porque este año el invierno está tardando en llegar a la capital China. A estas alturas el año pasado ya habíamos sufrido casi un mes de intenso frío: pasamos directamente del asfixiante verano al insoportable invierno en un abrir y cerrar de ojos. Este año sin embargo, hemos estado disfrutando de un Octubre puramente otoñal, con inusitados cielos azules y días de hasta temperaturas, digamos, agradables.


Pero es en días como estos, que el intenso invierno pekinés se siente inminente, cuando recuerdo que, aun a finales de Octubre, voy a tener que esperar otros 15 días para poder tener calefacción en casa. Y es que la calefacción central, controlada por el Partido, es otro de los aspectos “comunista-descafeinado” que quedan en este país asiático. Es un sistema que podría definirse como “Una de cal, y otra de arena”.


Y me explico: Por un lado, todos tenemos calefacción central a la misma vez, lo que parece justo, decía antes, en un sistema comunista. El gobierno lo da, el gobierno lo quita, pero para todos por igual.


Lo curioso de este asunto es que NO es para todos igual.


En un golpe de lucidez, a alguien se le ocurrió que los chinos que viven en el sur, marcando la línea divisoria el Rio Yangtze, no llegan a temperaturas tan bajas como en el Norte, así que no necesitan calefacción en absoluto, ni mucha, ni poca, ni nada. Es decir, que el que viva al sur del río, y no tenga dinero suficiente para comprarse un calefactor eléctrico o uno de esos aparatos de aire acondicionado que también proporcionen aire caliente, se enfrenta a un invierno largo y atroz.




Cierto es que las temperaturas en el sur no son como las del Norte: En la capital el año pasado llegamos a los -11ºC y en el sur solo rozan los 0ºC o como mucho los -2/-4ºC, según la zona.


De cualquiera de las maneras, llamarme burguesita, pero viniendo de una casa española donde el invierno se pasa en un acondicionado hogar a 23ºC, los 0ºC del sur me parecen la más cruel de las torturas.


Así que sabiendo el frío que van a pasar los pobres del otro lado del río, incluyendo Shanghai, Hangzhou, Nanking y Suzhou casi me da vergüenza quejarme, y os diré que me siento afortunada de vivir en una región donde el gobierno considera que hace el suficiente frío como para enchufar la calefacción central, aunque sea el 15 de Noviembre.


Pero lo peor viene después, cuando el 15 de Marzo deciden quitarla, y claro, en el norte, hasta finales de Abril, principios de Mayo no empieza a hacer una temperatura agradable como para prescindir de la calefacción, lo que ha conseguido que mi nuevo mejor amigo sea un pequeño calefactor eléctrico que me acompaña por la casa allá donde voy, cual perrito faldero.


Y os diré más, hay un pequeño problema añadido, y es que estos chinos locos, el año pasado decidieron quejarse al gobierno (¡en que cabeza cabe!) protestando porque en las casas hacía demasiado calor, lo que resultó en una bajada de la temperatura general en las afortunados hogares acondicionados con sistema central. En otra palabras: ya el invierno pasado la calefacción estaba a la increíble temperatura de16ºC, lo que repito, para mi ni es calefacción ni es nada.


Así que este año, en cuanto quiten los ventiladores y pongan de nuevo los calefactores en la sección de electrodomésticos de mi supermercado de confianza, voy a ir a extender mi círculo de amigos, y a traerme conmigo a casa, por lo menos, otros 2 calefactores más.


Que yo, si hay que ser comunista lo soy, pero eso sí, calentita.

Y es que cuando hace frío, yo desde luego, no me rio.

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