martes, 16 de junio de 2009

Shang Gay

La semana pasada Shanghai celebró una semana entera del Orgullo Gay. El primer evento de estas características que se lleva a cabo en la China continental.


No es extraño que sea el primero, si se tiene en cuenta que hasta 1997 no se despenalizó la homosexualidad en este país asiático, y es más, no fue hasta 2001 cuando este tipo de orientación sexual dejó de considerarse una enfermedad mental.


Tampoco es extraño que se celebrara en Shanghai, una urbe de 20 millones de habitantes que se vanagloria de ser la ciudad más moderna, cosmopolita y avanzada de la china continental.


Cuando los organizadores empezaron a poner en marcha el evento, con muy buen criterio decidieron limitarlo a locales, y clubs privados y descartaron cualquier tipo de desfile público, para evitar que el gobierno chino se pronunciara en contra de la festividad. Y con pronunciar quiero decir prohibir.


Según varios medios internacionales, la postura oficial de china recientemente, en lo que a la homosexualidad se refiere, ha sido más un “No lo criticamos, pero tampoco lo promovemos”.


Incluso el periódico oficial en inglés, China Daily, publicó una portada alabando la iniciativa y asegurando que esta semana del orgullo Gay en Shanghai, dejaba ver los cambios y los avances que se están produciendo en China en materia social.


Sin embargo, horas, días después, unos cuantos oficiales del gobierno local, se presentaron en distintos establecimientos que se estaban preparando para albergar algún acto o evento en el marco de la festival, y les prohibieron llevar a cabo la proyección de películas, exposiciones fotográficas o representaciones teatrales amenazándoles con “severas consecuencias” si seguían adelante con el programa.


Pero quitando esto, la semana transcurrió sin mayores incidentes.


Yo personalmente estoy segura de que la preocupación del gobierno local estaba más encaminada a que este festival sirviera de tapadera para protestar por algún otro tema, o que pudiera suceder algo que hiciera que el gobierno “perdiera cara” (algo de lo que pudiera avergonzarse).


El China Daily publicó un artículo (del que también se hace eco la agencia de noticias Xinhua) en el que se condena las acciones del gobierno local y el intento por su parte de censurar algunos de los actos programados.


En gran contraste con esta crítica se encuentra el hecho de que ningún medio chino ha publicitado el festival de ninguna manera y parece que los artículos en las páginas inglesas de los diarios chinos son más de cara a la galería que informativos. Es decir, no se informa a los ciudadanos chinos, pero el hecho de que esté en los medios que leemos los extranjeros es una manera de hacer que parezca que apoyan la iniciativa.


En este país, que según el China Daily tiene 30 millones de homosexuales (es decir un 3% de la población), el tema de la homosexualidad es peliagudo, no solo por lo tradicional de la sociedad china, que también, si no porque además uno de los grandes deberes de los hijos es darles nietos a sus padres, algo que queda a años luz (en el caso de la adopción) según están las cosas en este momento en un país el que tampoco es legal el matrimonio entre personas del mismo sexo.


Además hay que tener en cuenta que la política de hijo único deja a la mayoría de las familias con todas sus esperanzas puestas en un solo retoño que si no se casa o resulta ser gay, lesbiana, transexual (o en menor medida bisexual), complica el asunto de los herederos aún más.


Pero como siempre, esto prueba que efectivamente algo se está moviendo en China. Este año la semana del Orgullo Gay ha sido mayoritariamente organizada por extranjeros, a puertas cerradas en recintos privados y con algún problemilla con el gobierno local de por medio. Pero ha sido el primero, y dónde hay un primero, siempre hay un segundo. Como dicen los chinos: Man man zou (despacito, despacito), pero todo llegará.



Fuentes: BBC I, BBC II, BBC III, AFP, The New York Times, Xinhua



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